Un sacrificio inesperado

Lo veía tan inalcanzable, el famoso mariscal de campo, heredero de una gran fortuna, Darren Snox y que muchas deseaban por su deslumbrante belleza, hasta que amanecí a su lado sin nada de ropa y por miedo a su reacción, me levanté de prisa para huir de la habitación desconocida.
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Pensé que ahí acabaría todo, hasta que meses después descubrí mi embarazo y que se había marchado a la ciudad de New York, desapareciendo de mi rastro.

Todo cambió cuando, años después, me fui a la misma ciudad y lo busqué con la única misión de que salvara la vida de mi hijo, pero me encontré con que había perdido la memoria debido a un accidente.
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¿Cómo iba a decirle que fui la chica alocada de una noche confusa y que, Daniel, era el hijo que teníamos en común?