Darkside.

Hoy te volví a tener en mis brazos y, por unos segundos, sentí que no debía dejarte ir. Sabes, no puedo dormir; este maldito insomnio me está matando. Muero por besarte otra vez. Te ruego que te quedes; yo te daré todo, hasta lo más inútil de mi ser.

He pensado en cómo olvidarte y que todo vuelva a ser como antes de conocerte. Es difícil concentrarme si te tengo en mi mente; los pasatiempos ya no suelen ayudarme como lo hacían antes. Incluso he dejado de escribir porque nada de lo que antes me gustaba sigue en mí.

Estoy por las calles solitarias de esta ciudad, vagando como si fuese un animal, sintiendo que no pertenezco a ningún lugar. Estos cambios de humor a veces me hacen sentir muy mal, y sé que, por ahora, mi punto fuerte no es mi inteligencia emocional, porque lo más desordenado que tengo es mi estado emocional.

Sé que soy repetitivo con las palabras, pero ya ni siquiera sé cómo expresar el amor, el dolor y mucho menos el sentimiento de amar. Es complejo estar en esta situación tan fatal.

Regresa a mis manos y abrázame hasta sentir ese calor que sentía en los momentos donde no podía más. Ya no dejes que siga derrumbándome, por favor, ya no vuelvas más.

Vuelvo y repito, soy alguien muy contradictorio: digo que te extraño, pero lo que en verdad quiero es que dejes de afectar mi vida, que ya no perturbe mis sueños y me dejes descansar. Te fuiste de la forma más cobarde, y eso aún no te lo puedo perdonar. Sé que es rencoroso de mi parte, pero creo que es como debo actuar. No te miento, fuiste alguien demasiado especial, pero ahora debo velar por mi propio bienestar. Sé que no debo, pero a veces me da por extrañar las veces en que la pasamos bien juntos, donde reímos,

nos besamos y dejamos el tiempo pasar. Ahora solo quiero que te vayas. En verdad es una noche oscura, y sé que ya no debo rogar para que te quedes, porque ya nada será igual y ahora la muerte espera muy paciente por qué mi alma se debe de llevar.