2x01:Lo que sigue

Tony, Gunther y Navi viajaban juntos por la carretera, cantando canciones alegres. Eran tres amigos inseparables.

De pronto, Jeff, Dalton y Luke los esperaban afuera, listos para atacar. En un movimiento rápido, se llevan a Navi.

—¡No, por favor! —gritó Navi—. ¡No dejes que me lleven!

Dalton lo apuñala y lo mata. Jeff, con frialdad, hiere de muerte a Gunther.

—¿Creíste que ganarías? —susurró Jeff con una sonrisa cruel.

Tony despierta gritando… todo había sido un sueño.

Sus padres entran corriendo a la habitación y lo abrazan con fuerza.

—Hijo, todo está bien. Esos monstruos jamás te harán daño —dijo su madre, tratando de calmarlo.

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A la mañana siguiente, había pasado una semana desde aquellos terribles sucesos. Tony y Gunther, junto a sus familias, seguían sumidos en la tristeza y el trauma. No lograban seguir adelante, pero finalmente decidieron volver a la escuela: faltaban pocos días para la graduación.

Cuando llegaron, todos los miraban en silencio. Entonces, Raúl —uno de los cinco que solían molestarlos— se acercó.

—Chicos… sé que ha pasado mucho. Les hicimos daño, pero ustedes no merecían eso —dijo con voz quebrada.

—¡Lárgate de aquí, Raúl! —gruñó Gunther—. No queremos tu lástima.

—Se vale llorar… y aquí los apoyamos —insistió Raúl.

Tony, lleno de rabia, lo interrumpió:

—¡Cuatro malditos años de burlas, y ahora vienes a darnos tu lástima! ¡Lárgate!

La gente observaba en silencio.

—Si algún día quieren hablar, aquí estaré —continuó Raúl—. Los traté mal, y quiero hacer lo correcto. Navi no se lo merecía.

Tony se alteró aún más, lo golpeó con fuerza hasta tirarlo al piso.

—Adelante… me lo merezco. Si así se alivia el dolor, hazlo —dijo Raúl, sin defenderse.

Los maestros intervinieron y detuvieron a Tony, que terminó llorando, sabiendo que no podía superar lo ocurrido.

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En la dirección, un maestro habló con ellos:

—Miren, chicos. Sé que es difícil, pero en dos días es la graduación. No quiero suspenderlos, entiendo su frustración. Raúl fue el primero en venir… No les pido que sonrían ni que se queden en la fiesta, pero al menos recojan su diploma. Además, habrá un homenaje a Navi. Espero que estén allí.

—Está bien —respondió Gunther, tratando de mantener la calma.

—Pueden irse —concluyó el maestro.

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Después de la escuela, Tony y Gunther fueron a casa de Navi. Allí los recibieron sus padres y su hermana.

—Le prometimos a Navi estar con ustedes —dijo Tony, con la voz quebrada.

—Sé que duele —respondió la madre, conteniendo las lágrimas—, pero mi niño murió luchando, y sabía cuánto los quería.

—Gracias —contestó Gunther—. Nosotros daríamos lo que fuera para que regresara… No podemos, pero queríamos decirles que le harán un homenaje en la graduación. Ustedes deberían estar allí.

—Claro, allí estaremos —respondió el padre con firmeza.

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En otra escena, Raúl se despedía de sus amigos y conducía hacia su casa. De pronto, por error, atropelló a un señor en medio de la noche. Asustado, bajó del auto y revisó el cuerpo… solo era un maniquí. Respiró aliviado.

Pero, de repente, alguien lo atrapó por la espalda.

¿Quién será?