Capítulo 1

El sonido estridente del despertador rompió la tranquilidad de mi sueño, sacándome abruptamente de la oscuridad de la noche. Mis ojos se abrieron de golpe, y un nudo de confusión se formó en mi estómago al darme cuenta de que algo no estaba bien. Me senté en la cama, tratando de ordenar mis pensamientos y evitar que la ansiedad se apoderara de mí. Un dolor punzante en el cuello me recordó lo tenso que estaba, así que masajeé la zona con movimientos lentos hasta que el malestar cedió.

Miré el reloj digital junto a mi cama y parpadeé perpleja al ver que marcaba las 7:05am, sin embargo, la oscuridad fuera de mi ventana contradecía por completo la hora. Un escalofrío recorrió mi espalda al darme cuenta de que algo extraño sucedía.

Con paso apresurado, me dirigí al baño y dejé que el agua tibia de la ducha calmara mis pensamientos agitados. Al salir, me vestí con ropa cómoda y bajé las escaleras con premura, esperando encontrar a mi madre en la cocina preparando el desayuno como cada sábado. Sin embargo, al llegar a la planta baja, me recibió un silencio inusual y perturbador. La cocina, el comedor y la sala estaban desiertos, sumidos en una extraña quietud.

Un punzante presentimiento se apoderó de mí cuando constaté que ni siquiera había rastro de mis padres o mi hermano en la casa. "Esto me da mala espina" pensé, el corazón me latía con fuerza mientras salía al patio delantero y observaba la puerta entreabierta. Una sensación de inquietud se apoderó de mí mientras contemplaba el paisaje silencioso a mi alrededor.

De regreso a mi habitación, busqué refugio en la familiaridad de mis pertenencias, pero una oleada de frustración e impotencia me invadió al darme cuenta de que no había señal ni conexión a internet. El silencio opresivo que envolvía la ciudad se hizo aún más evidente, como si el mundo entero estuviera suspendido en un limbo desconcertante.

Sentí un nudo en la garganta y un cosquilleo amenazante en mis ojos, pero me obligué a contener las lágrimas. Este no era el momento para desmoronarme; tenía que mantener la calma y encontrar a mi familia, sin importar lo desconcertante que resultara esta situación.