Capitulo 5

Valentina 

Después de que mi amiga y ese hombre se fueran regresé a mi habitación, me di una ducha larga y me vestí con un conjunto interior negro y una ligera pijama ya que hacia un poco de calor.

Cepille mi cabello, lo seque y lo amarré haciendo un moño.

Encendí el aire a condicionado y me metí bajo las sábanas. Cuando estaba a punto de dormir escuche que la puerta se abría, David entró y se sentó en la cama mientras se desvestía, me sorprendió que este aquí ya que nunca había dormido conmigo antes.

Podía oler su deliciosa loción masculina pero no quería voltear, no sabría que hacer o qué decir se acostó a mi lado y comenzó a acariciar mi pierna, mis nervios regresaron de inmediato.

David: sé que no estás dormida… - dijo pegando su pecho en mi espalda y metiendo su cabeza en el hueco de mi cuello para después dejar un beso en él.

Se pegó más a mí acariciando mi cintura y mi trasero, su mano subía levantando cada vez más la blusa de mi pijama.

Me giré hasta quedar frente a él, sus hermosos ojos marrones se veían más oscuros de lo normal.

Me miraba fijamente y después acarició mi mejilla, podía sentir que su mano temblaba y que dudó un poco antes de tocar mi rostro, sonrió después de unos y supongo que lo hizo al alegrarse de que no rechacé su caricia.

David: Hola Valentina- dijo sensualmente y sonriendo, la mejor sonrisa que he visto.

Lentamente quitó la liga que sostenía mi cabello y lo dejó libre cayendo sobre la impecable almohada blanca.

Valentina: hola… David - Sonreí nerviosa.

David: me encanta como se escucha mi nombre en tus labios… - besó mis labios de manera posesiva, y sin darme cuenta mis manos fueron a parar al rededor de su cuello.

Sentí como introducía su lengua en mi boca y jugaba con la mía, cortó el beso y bajó a mi cuello.

Siguió bajando y lentamente se deshizo de mi short, regresó sobre mí, me vio a los ojos y sonrió travieso antes de separarse un poco y sacar la blusa que cubría mi torso, besó el valle de mis senos y después mi abdomen.

Quitó mi sostén y comenzó a besar, chupar y mordisquear mis pechos, yo gemía de placer, una de sus manos acariciaba mi feminidad sobre mi ropa interior, después la apartó e introdujo un dedo en mí y lo movía rápido, introdujo otro mientras seguía succionando mis pezones, mis gemidos aumentaban, lo sentía cada vez más cerca.

David: me encantas… - dijo con voz ronca cerca de mi oído, eso me provocó aún más, comencé a sentir que mi cuerpo se contraía y un placer inmenso me consumía, me convulsioné en oleadas de un delicioso placer. Mi respiración estaba muy agitada- el primero de la noche linda… - besó mis labios.

Quitó mis pantaletas  y se levantó, me observaba fijamente mientras pasaba la lengua por sus labios, estaba desnuda ante él y jamás en la vida me había sentido más sensual que ahora.

Se quitó el bóxer, y regresó sobre mí.

David: ¿lista?... - susurró sobre mis labios y asentí.

Se colocó entre mis piernas y empezó a frotarse contra mí, aumentando mi ansiedad.

Valentina: Ahh David- dije agitada- por favor hazlo ya… - pasaba mis uñas por su espalda.

Entró de golpe en mí y ambos gemimos en ese momento.

Comenzó a moverse dentro de mí, primero lento después rápido y lento de nuevo.

David: estás tan... - dijo agitado y mordisqueó mis senos. Yo gemí aún más.

Abrí más mis piernas y tome su trasero con mis manos, sus músculos se contraían y relajaban bajo mis manos, quería sentirlo aún más cerca, él comenzó a moverse y yo trataba de seguir su ritmo.

Mis caderas salían al encuentro con las suyas provocando que las embestidas fueran más fuertes.

Sus gimoteos en mi oído me incitaban aún más, pronto llegaría al cielo por segunda vez en la noche, pero quería que él llegara conmigo.

Valentina: David… - dije agitada y mordí levemente su hombro- más rápido… - comenzó a moverse más rápido, besaba mi cuello y mis senos, enrolle mis piernas en su cintura y subí mis manos a su espalda clavando mis uñas en su piel.

No pude aguantarlo más y me dejé llevar por el placer, grité su nombre y sentí que él también llegaba, se derramó en mi interior con profundas embestidas y calló rendido sobre mí con la respiración agitada.

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