Doloroso castigo

-claro que si Erick que ganaría con decir algo sin ser cierto, sin estar verdaderamente segura por Dios no confías en mi.

Lo estoy mirando a los ojos es increíble, después de todo sonaba descabellado pero no creí que lo fuera a poner en duda; el me conoce muy bien y se que no soy una mentirosa.

-disculpa Lesvia tienes razón, solo que eso me resulta enfermo y mira que soy homosexual. - dice moviendo la mano en un extraño gesto.

- lo se y en verdad me gustaría pensar que estoy equivocada no quiero imaginar lo que eso significaría si fuera cierto.

Luego de nuestra conversación el se va a su clase dejando un beso en mi mejilla y no se por que me invade una sensación de desconcierto.

Al llegar a la casa me preparo para recibir mi ameno regaño por alguna mala conducta inexistente.

-buenas tardes madre, padre.

Ambos de quedan absortos mirando hacia sus periódicos.

-si no nesesitan nada me retiro.

Al ver que no existe respuesta me marcho a mi habitación donde me pongo un poco mas cómoda para empezar a hacer mis que haceres escolares, cuando de repente la puerta se abre sin miramientos y aparece su figura imperterrita seguida de la mirada pasiva y conformista de mi madre. Tengo la sensación de que esto no terminara anda bien para mi.

-sabes que es de muy mala educación marcharse de un lugar sin recibir algún beneplácito positivo. Es que acaso no estoy haciendo bien mi trabajo.

La sangre se me hiela y el corazón se me paraliza con tan solo imaginar lo que viene a continuación me volteo para darle el frente e intentar no recibir muchos golpes.

-padre me disculpo por mi comportamiento, esto no se volverá a repetir- dije con la mirada gacha y los latidos desbocados.

-claro que no se va a volver a repetir. Es mi deber como padre instruirte en el camino para que no seas una mujer irrespetuosa.

La mirada se me agranda y se me agua a la vez por que ya se lo que significan esas palabras, dirijo una mirada gacha hacia ella que permanece en absoluta seriedad observando al hombre frente a ella.

-ven aqui, colócate de rodillas con la espalda hacia mi.

Me quedo presa de miedo parada en el mismo lugar, sin saber cómo huir de esta terrible situacion. De repente pienso en aquel plan descabellado del que he hablado  con Erick y me gustaría que el tiempo se pase volando para salir de este infierno.

-NO ME HAGAS VOLVER A REPETIR LO QUE DIJE ANTERIORMENTE!!!.

Su voz me saca de mis cavilaciones y temblando me hace dirijirme al lugar de siempre ese dónde martirizada desde mi nacimiento.

Me coloco en la posición dicha con mis ojos desbordados por las lágrimas, mientras lo escucho desabrochar su cinturón, y espero tan desolada que este como siempre arremeta sin piedad contra mi piel.

-lo que te haré hoy que sirva de ejemplo para toda tu vida.

Lo escucho sonar el cinturón y apretando los ojos y los labios espero mitigar aquel dolor que se hace tan insoportable según aumenta en numero.

- por no tomar en cuenta mi opinion Y hacer acopio de comportamientos libertinos.

-ahhhhgggh- el cinturón me impacta con una fuerza que me hace gritar tan fuerte que mi voz resuena en las cuatro paredes.

-no te permití quejarte. Estorbo.

Nueva vez ese cinturón se lanza en la búsqueda de mi piel haciendo derramar lágrimas de sangre haciendo que me muerda la lengua.

Choca otra vez contra mi piel y un correazo llega más fuerte que el anterior ya no puedo mantenerme de rodillas mi cuerpo busca una base para recostarse al sentir la sagre bajando por mi espalda fruto de todos los golpes.

Otra vez...... dolor.

Otra vez .....ardor

Una mas.....sufrimientos.

No se cuanto fueron en total pero fueron los suficientes para que mi cuerpo no resistiese y callera al suelo. Dejando escapar todas las lagrimas contenidas.

Ahí puedo dejar de apretar mis dientes contra mi lengua que de queda tan lastimada como yo.

Luego de cinco minutos en los que el permanece con el cinturón el mano y tomando toda la fuerza que me queda me pongo de pie despacio.

-espero que halla quedado claro-me dice satisfecho.

Terminandome de parar y con la voz en un hilo le digo:

-si ha quedado claro.

Pero el endurece su mirada como si las cosas aun no han terminado.

-no te di en ningún momento permiso para que te pusieras de pie.

El miedo se apodera de mi cuerpo no creo poder soportar un solo golpe más. Pero contra todo pronóstico levanta su mano y me asesta una bofetada que me da lleno en la cara y me hace caer de espaldas en la cama haciendo contacto con mis heridas aumentando  el dolor infernal que tengo.

Solo me permito llorar, solo dejo mis lágrimas caer y pienso como sanar mi cuerpo dolorido. Aunque pensándolo bien hasta mis pensamientos duelen dentro de mi cerebro.

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Hola queridos lectores de mi Protector Homosexual, quiero informarles que a partir de ahora las actualizaciones de esta obra serán los martes con dos o tres capitulos.Disfruten su lectura. Espero sus votos y comentarios.

Nos leemos pronto.....