Héroes

La historia dejo impactados a los jóvenes, quienes escuchaban atentamente y formulaban cientos de preguntas en sus cabezas sobre el posible paradero de sus padres, si es que seguían vivos…

Sus rostros expresaban sus preocupaciones, por lo que ambas madres buscaron la manera de aliviar sus miedos.

- Oigan, sé que eso no era lo que esperaban escuchar, y que muy posiblemente estén preocupados, pero los aseguro que ni Robert ni Jonathan se van a rendir en reunirse con nosotros – la amable voz de Paola logro tranquilizar a los niños.

- Así es, esos dos son muy tercos y no se detendrán hasta poder verlos, así que no se preocupen, lo mejor que podemos hacer ahora es fortalecer este lugar, así cuando sus padres lleguen encontraran un lugar en el cual descansar – Mildred expresaba una gran tranquilidad, pero contrario a la apariencia que querían dar, internamente ambas se sentían igual que los niños, pero no podían dejar que ellos lo notaran.

- Sí – Ángela se secó un par de lágrimas de sus ojos y hablo con renovada determinación – tienes razón, debemos hacer de este un verdadero refugio para cuando lleguen.

La voz llena de esperanza de Ángela logro motivar a todos los presentes, dándoles energía y un objetivo a cumplir.

Los días siguientes se dedicaron a adecuar el lugar para que más gente pudiese vivir allí, después tuvieron que ampliar su zona de cacería y recolección, pues la comida no era suficiente para todos, y es por ello que comenzaron a entrenar a todo aquel que pudiera pelear, cazar o recolectar; sin importar su edad, género o condición, todos colaboraban en la mejora del refugio, algunos consiguiendo alimentos, otros preparando dichos alimentos, y algunos más fabricando herramientas, armas o ropa, no había un solo aspecto que no estuviera cubierto.

Y así los días pasaron volando, volviéndose semanas, que a su vez se volvieron meses, y antes de que se dieran cuenta la primavera había llegado. Durante ese tiempo las cosas habían sido relativamente tranquilas, solo un par de ocasiones tuvieron que lidiar con mercenarios, sin embargo, fue algo que, con su experiencia, fue fácil de resolver.

En un día soleado de febrero, Ángela estaba entrenando a varios jóvenes, cuando una de las alarmas sonó, en ese instante corrió por sus armas y su armadura ligera, para después moverse entre los árboles mediante la red de lianas que tenían, seguida por Marco y dos jóvenes más, ya que ellos eran los mejores en combate.

Al llegar al lugar observaron a un grupo de personas correr temerosas, el grupo estaba compuesto por niños, ancianos, y mujeres, pero ninguno de ellos era capaz de pelear. <<No parecen tener la fuerza para defenderse, no podrían durar mucho tiempo solos, y tampoco son muy rápidos como para escapar, entonces debieron separarse recientemente del resto de su grupo, los cuales se quedaron para pelear y darles tiempo para huir, lo más conveniente sería preguntarles, sin embargo, nos quitara demasiado tiempo>>.

Ángela volteo a ver a Marco, y al mirarse fijamente Marco supo que ella tenía una idea, por lo que se preparó para lo que sea y después asintió levemente.

- Ustedes dos sigan a ese grupo y manténganlos vigilados, si algún mercenario los ataca asesínenlo sin ser vistos, y una vez que estén completamente seguros de que todo está despejado guíen a los supervivientes al refugio – ambos jóvenes obedecieron rápidamente las ordenes de Ángela, moviéndose sigilosamente entre los árboles.

Y sin necesidad de decir más Ángela y Marco se movieron en la dirección de la que estaba escapando el grupo, siguiendo el rastro de huellas o marcas que habían dejado al huir, hasta que se toparon con el resto de los supervivientes, quienes se encontraban peleando contra varios mercenarios, pero la pelea parecía estar llegando a su fin, pues los supervivientes palidecían ante la fuerza de su enemigo.

Sigilosamente, Ángela y Marco rodearon la pelea, entonces Marco salió al ataque, mientras que Ángela disparaba flechas con veneno paralizante desde los árboles, de esa manera la pelea cambio drásticamente, logrando subyugar al enemigo a gran velocidad.

Al terminar la batalla los agradecidos supervivientes se acercaron con lágrimas en los ojos para hablar con sus salvadores.

- Muchas gracias – la primera en hablar parecía ser la líder del grupo, era una mujer alta, morena y con cabello castaño, tanto su cuerpo como su actitud demostraban toda su experiencia en combate – pero no somos nosotros los que deberían ser rescatados, más adelante esta el resto de nuestro grupo, son incapaces de pelear, debemos alcanzarlos rápidamente antes de que sean emboscados, ya que un par de mercenarios lograron ir tras ellos – la mujer se veía preocupada, pero lograba mantenerse en calma.

- Lo sabemos, los encontramos antes qué a ustedes, y un par de nuestros mejores guerreros los siguió para brindarles ayuda y llevarlos a nuestro refugio, seguramente justo ahora ya se encuentran allí – las palabras de Marco le brindaron un gran alivió a la morena.

- Exacto, ahora lo importante es tratar a los heridos y llevarlos también al refugio – comentó Ángela antes de sacar un botiquín de primeros auxilios y acercarse a uno de los heridos.

- Tienes razón, haremos lo que dices – accedió tranquilamente la mujer.

De esa manera atendieron rápidamente a los heridos, para reunirse lo antes posible con el resto del grupo.

Al llegar el fueron recibidos alegremente por el primer grupo que habían visto, de entré los cuales salió corriendo un niño con lágrimas en los ojos y con los brazos extendidos.

- ¡Mamá! – gritaba efusivo el pequeño, y entonces la joven mujer morena se adelantó de resto y con lágrimas en los ojos, abrazo al pequeño.

- Tranquilo amor, ya todo está bien, mamá está aquí – la dulce voz de la mujer logro tranquilizar al pequeño.

<<Por eso estaba tan preocupada por el otro grupo, creo entender lo que debió haber sentido en ese momento>>