∞ Prólogo

Las luces parpadeantes de la discoteca se mezclaban con la música ensordecedora, creando una atmósfera caótica y vibrante. Tahis intentaba sonreír mientras sus amigas la rodeaban, brindando por su futura boda. Pero detrás de su máscara de alegría, su corazón se sentía roto.

Horas antes, había descubierto a su prometido, Federico, con ella, como podían ser tan falsos, tan hipócritas y ella… ella tan estúpida. Había encontrado mensajes en el teléfono de su futuro esposo, los detalles incriminatorios de sus escapadas secretas y la ubicación donde se encontrarían. Los siguió y la traición la había golpeado como una tormenta, dejando su mundo en ruinas, juntos en aquella cama, ya no necesitaba otra prueba, los grabó y se marchó de inmediato.

Desesperada por olvidar, Thais se sumergió en las bebidas. Copa tras copa, intentaba ahogar su dolor. La discoteca se convirtió en un lugar de escape, donde las luces y los sonidos podían distraerla momentáneamente de su sufrimiento.

Con el paso de las horas, su cuerpo ya no resistía una gota más de alcohol. Tambaleándose, decidió subir a su habitación en el hotel donde se celebraba la despedida de soltera. Necesitaba estar sola, lejos de las miradas compasivas de sus amigas.

Al abrir caminar por el largo pasillo, la encontró. La habitación 666. Un número que parecía augurar que esa noche no terminaría bien. Al entrar, lo vio, sentado en la esquina, observándola con aquellos ojos intensos que siempre la habían intrigado. Era él, ese hombre que siempre la intimido, siempre silencioso, siempre observador.

Bajo el efecto del alcohol y el despecho, Thais se acercó a él. En ese estado de vulnerabilidad, sus barreras se desmoronaron. Las palabras no fueron necesarias; los gestos lo dijeron todo. Se entregó a él, buscando consuelo en su contacto, queriendo olvidar, aunque fuera solo por esa noche.

Jamás imaginó que esa noche, marcada por el dolor y la traición, tendría consecuencias que cambiarían su vida para siempre.