Capítulo trece (Parte dos)

Capítulo 14

“La estrella de mi cielo II”

Sus ojos encontraron los míos y ahora ese verde avellana tenía un brillo de deseo, descanse la palma de mi mano en su mejilla acariciando el lugar donde apenas aparecía un rastro de barba que empezaba a salir, luego de haberse afeitado hace unas semanas.

―No sabes cuanto quisiera tenerte de esta forma más seguido, pero si seguimos no podré controlarme y no quiero darte una primera vez en un jardín. ― reí ante sus palabras.

―Es por eso que usualmente un jardín no es la primera opción para una cita.

― ¿Te parece más adecuado tener sexo en el baño de un restaurante? ― preguntó con cierta diversión observándome con una sonrisa.

―Ese no es el punto.

―Tienes razón, el punto es que no sabía que las chicas tienen pensado perder la virginidad en la primera cita.

― ¡Adam! ― soltó una carcajada y no pude evitar reír con él.

Luego de charlar un rato mientras comíamos lo que Adam había preparado para el picnic, decidimos volver cuando ya eran las doce de la noche. Ni siquiera nos dimos cuenta que el tiempo había pasado tan rápido. Recogimos todo y tomados de la mano regresamos a donde el auto se encontraba.

El camino fue silencioso pero agradable, cuando el auto se detuvo frente a mi casa, me acompañó hasta la entrada.

―Gracias por darme una noche diferente, fue divertido pasar el tiempo a tu lado.

―También fue divertido cuando estuviste encima de mi besandome ¿cierto?

― ¡Oh por Dios! Solo tú dices cosas como esas en momentos como estos. ― él soltó una carcajada.

―Solo estaba jugando, no tienes por qué avergonzarte. Igual, ambos lo disfrutamos.

― ¿Cómo estas tan seguro que yo lo disfruté?

―Por la forma en la que tu cuerpo reacciona a mi tacto, y por la manera en que te dejaste llevar cuando te seguí el beso. No importa cuanto lo niegues o tu orgullo no te permita aceptarlo, pero te está matando el saber todo lo que causo en ti.

―Tu ego es demasiado asfixiante. ― y él no mentía, porque describió exactamente todo lo que sentía antes de la cita. Ahora estaba mas segura de que no quería alejarme de él. El rostro de Adam paso de uno divertido a uno completamente serio y pensé haber dicho algo malo hasta que él habló.

―Bee, tu eres la única persona que quiero a mi lado, prometo ser el que te proteja, el que te ayude a levantar, el que llore contigo y sobre todo, el que esté a tu lado cuando estés completamente sana y seas exitosa, porque sé que lo serás. ― sin esperar respuesta de mi parte presionó sus labios contra los míos suavemente. Su mirada conect´con la mía y luego añadió con una sonrisa lobuna en su rostro: ―Entonces… te traje a tu casa con tu virginidad intacta.

Oh por Dios, a éste chico sí que le divertía verme avergonzada.

―Por favor no me lo recuerdes, es vergonzoso. ― el se encogió de hombros restándole importancia.

―No lo es, yo no  me burlaría de una chica que no ha tenido su primera vez. ― alcé una ceja.

No sé si era porque leía muchos libros o porque últimamente el prototipo de chico perfecto para las adolescentes de ahora eran los tipicos badboys que solo enamoraban a la chica para quitarle su virginidad y luego decirle que todo era una simple apuesta. Así que temiendo su reacción lancé sin pensar la siguiente pregunta:

― ¿Por qué no? ¿Qué te hace diferente al resto?

― ¿En serio me estas haciendo esa pregunta? ― rió y al no recibir respuesta de mi parte supo que hablaba en serio. ―De acuerdo, no me burlaría porque una chica no es un objeto, y mucho menos si la chica es la que por alguna jodida razón no sale de mi cabeza. ― su respuesta me descolocó un poco ya que no esperaba que dijera eso pero a decir verdad con Adam aprendí que no todo es lo que parece.

―Pero te debe aburrir tener sexo con una chica sin experiencia.

―Pero en tu caso sería todo lo contrario. ― fruncí el ceño.

― ¿Por qué?

―Porque me daría la oportunidad de ser tu primera vez.

Así, jodido, sincero y directo.