Primer Encuentro

El calor de la isla no tardó en hacerse sentir. La arena blanca ardía bajo los pies de Lamars y su tripulación mientras avanzaban lentamente hacia el corazón de la selva. Cada paso levantaba hojas secas y polvo, y el sonido de ramas crujientes acompañaba su avance, como si la isla misma los estuviera observando.

Entre la densa vegetación, comenzaron a percibir figuras que se movían con cautela. Primero fueron sombras, apenas visibles entre los troncos y la niebla matinal. Luego, ojos atentos surgieron entre las ramas, brillando con curiosidad y desconfianza. Los nativos eran delgados y ágiles, cubiertos con atuendos sencillos de fibras naturales, y portaban arcos y lanzas que sostenían con firmeza, aunque sin intención de atacar de inmediato.

Christian Lamars alzó una mano, intentando mostrar que no eran una amenaza. Habló en un tono bajo, pausado, señalando objetos de su barco y haciendo gestos de paz. Los nativos se miraron entre sí, murmurando palabras que Lamars no entendía, pero que tenían un ritmo casi musical, como si fueran parte de la misma isla.

Tras unos minutos que parecieron eternos, una mujer se adelantó. Tenía una postura segura, pero sus ojos reflejaban curiosidad genuina. Se acercó lentamente, estudiando a los recién llegados, y finalmente señaló hacia un claro cercano, invitándolos a seguirla. Lamars sintió una mezcla de alivio y alerta: había comunicación, pero el verdadero misterio de la isla apenas comenzaba.

Mientras avanzaban hacia el claro, Lamars no pudo evitar notar pequeños detalles extraños: huellas de animales desconocidos, símbolos tallados en los árboles y el susurro constante del viento que parecía formar palabras que solo él podía sentir. La isla no era solo un lugar físico; era un ente vivo, un guardián silencioso de secretos que aún no se atrevían a revelar.

El primer contacto había sido exitoso, pero la tensión en el aire era palpable. Lamars sabía que aquel encuentro marcaría el rumbo de toda su exploración, y que la isla tenía mucho más que mostrar… y mucho más que ocultar.