Capítulo Siete.

7. De vuelta al pasado.

YonMi

La manera en la que TaeHyung se acerca hasta a mí no vendría ser molesto, sino la manera en la que camina con un marcador destapado hasta mí.

—Te mereces una carita feliz, YonMi. —Se burla y con eso sostiene mi rostro— No te muevas —pide—, que me saldrá horrible —sonríe cuando siento pequeñas cosquillas en la frente—. Listo.

Lo empujo y él estalla en una carcajada.

—Mira que lo cerebrito lo heredaste de Nam. —afirma— ¡que bueno!

Y sí, ahora estoy con una molesta cara feliz dibujada en la frente, y eso es porque le dije que la abuela mencionó sobre ir a trabajar a Japón, lo cual TaeHyung no lo vio como una  mención, entonces le dije que entendí  que la abuela quiso decirme o mas bien, exigirme.

—Nam y yo siempre lo hemos sabido. —aclaro.

—¡cuanta modestia! —exclama, cruza sus brazos—, disculpe usted, doña cerebrito.

—No te ofendas, pero tú mismo lo dijiste —señalo—, así que no te hagas la victima.

La puerta es abierta y el rostro de Nam se asoma unos segundos antes de ingresar por completo.

—¿A qué se debe la discusión? —pregunta, apoya su cadera en el filo del escritorio—, ¿debo preocuparme?

—¡No! —decimos, y es verdad no debe preocuparse.

NamJoon cada vez que nos veía pelear, solía sentarnos a TaeHyung y a mí juntos. Luego hablaría sobre la importancia de la hermandad y todo su discurso conmovedor, y esas veces que no lo escuchábamos y solo para cortarle el rollo solíamos decirnos que nos queremos.

Así que ahora estamos en esa parte de negar y dejar lo que pasó a un lado.

—Le comentaba a YonMi que estamos de felices y contentos de que por fin vivas ya con Jin. —Miente descaradamente— ¡felicidades! —Se acerca a abrazarlo.

—Gracias, pero ya sabes que tu intento de mentirme es mi parte favorita. —Dice con una sonrisa de oreja a oreja.

—Mi parte favorita es cuando lo descubres. Hacemos un buen equipo. —suspira— ¿quieres saber lo que le dijo la abuela a YonMi?

—Información básica para mi vida.

—Quiere que YonMi vaya a trabajar al hospital de Japón. Ya sabes, como es dueña y señora, necesita a su nietecita al lado.

Cierto desprecio sienten mis hermanos a la abuela, y todo es porque nunca aceptó a nuestra madre. Conmigo no fue mala pero con ellos dos, fue realmente dura.

Se supone que debía ser al revés, debería odiarme a mí por parecerme a mamá y querer a mis hermanos por parecerse a nuestro padre, su hijo.

—...y entonces le puse la carita feliz, porque tenemos una hermana muy cerebrito como tú...ya sabes, ya que se dió cuenta que no vale la pena ir a su lado, enfatizando que no se lo pidió. Se lo exigió.

NamJoon gira a verme y sonríe.

—Adorable tu frente. —Se burla.

Saco las toallas húmedas del cajón de mi escritorio para comenzar a limpiarme.

—Por cierto, está carpeta —Alza el folder— está con los  resultados del señor Park, junto al diagnóstico de su enfermedad.

—¿Es lo que sospechaba? —Pregunto y asiente.

—Pero no es lo único, la Miocardiopatía Dilatada, no es lo único que sospechabas cuando mandaste hacer los estudios.

—¿Qué pasó?

—Se derivó ayer al Doctor Jeon —Al solo nombrar su apellido mi corazón se acelera—, lo cuál él está al tanto de su condición. Así que necesito que le lleves  la carpeta ya que el señor Park es tu paciente.

Entrecierro los ojos sosteniendo la carpeta de resultados. Me siento y observo los resultados.

Muy en el fondo sabía que el diagnóstico iba ser lo que venía temiendo, la Miocardiopatía Dilatada, y lo supe cuando los síntomas del señor Park fueron específicos.

Comenzando por su dolores de pecho, sus dificultades para respirar, su falta de apetito, el aumento de su frecuencia cardíaca y sobre todo que cuando lo observé tenía la piel pálida.

Hay muchos temas de la cuál tengo que comenzar hablarlo con él para proceder con el tratamiento.

Me pongo de pie y mientras ellos conversan, escucho a TaeHyung comentar a Nam sobre un caso que le sucedió esta mañana con una niña de 6 años con uno de sus resultados de los análisis que le mando hacer,  donde el diagnóstico era La Leucemia linfoblástica aguda. Lo veo hablarlo con tanta tristeza de la pequeña que sé que le duele este tipo de situaciones.

Salgo de mi consultorio dejándolos hablar y mis nervios vuelven nuevamente.

Jungkook y yo en un lugar cerrado no me trae buenos resultados. Incluso siento sus beso en la comisura de mis labios o bueno cerca de ahí.

Tú puedes, no es algo de otro mundo.

Tú. Puedes. YonMi.

 

Jungkook

Revisar varios informes siendo algo tedioso, ya había comenzado con mí trabajo de siempre, al menos todo estaba tranquilo hasta que tocan la puerta, aún con mi vista en los informes solo menciono un «adelante» cuando la puerta se abre. Levanto la mirada y veo a la mujer que me comenzaba a tener colgando de un hilo.

—Buenas tardes, Doctor Jeon. — Sonríe acercándose al escritorio.

—Buenos días, Doctora Kim. —Le devuelvo el gesto.

Nos miramos intensamente por unos largos segundos hasta que ella niega lentamente y vuelve a concentrarse.

—Acá está el informe del señor Park, tal y como pediste después de pasar por mí revisión. —menciona dejándo la  carpeta frente mio.

Lo abro y lo primero que veo es el resultado. Si bien hablé con  mi tío ayer sobre este paciente que estaba a cargo de él y que me lo derivó, sabía que  también paciente de YonMi, lo cuál tengo entendido que los resultados del señor Park no son tan favorables para su condición.

Melopatía Cervical, no es tan grave de lo que esperaba.

—¿Cuál fue el diagnóstico? —pregunto y ella sostiene su carpeta.