Capítulo XVI

Todo se sentía tan real. El dolor, el agotamiento, el calor de la sangre.

¿Qué demonios estaba sucediendo?

No recuerdo que sucediera algo así.

¿AcaSo EstaBa sOñaNdO?

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Esa noche, Aly se despertó cuando aún la oscuridad cubría el cielo.

Se podía escuchar su respiración agitada. Su bien trabajado cuerpo estaba completamente cubierto de sudor. Se sentó inquieto sobre su cama, mientras trataba de recordar todo lo que había sucedido.

Sentía dolor, más específicamente, en su brazo derecho. Al revisarlo bajo la escasa luz de luna que entraba por una de las ventanas de la habitación, percibió una línea de color negro que rodeaba su antebrazo por completo, como si fuese una marca.

Él llevó la punta de sus dedos a esa extraña línea, y, cuando la tocó, un dolor agudo recorrió su cuerpo por completo. Él trató de resistir lo más que pudo, pero fue escuchado por uno de sus compañeros que dormía cerca de él.

Ya que la habitación estaba diseñada para alojar a un equipo completo, cualquier ruido podía ser escuchado fácilmente. Además, las camas no estaban muy separadas unos de otros, por lo que se podía percibir la respiración de tus compañeros.

Ciertamente era incómodo, pero nadie se quejaba.

Aly hizo hacia atrás su húmedo cabello gris. Era posible ver parte de su rostro y cuerpo ante la escasa iluminación del lugar.

A un lado de él, dormía Eduard, el cual había comenzado a hacer ruidos extraños desde hacía unos minutos. Aly no sabía lo que sucedía, pero, no debía ser nada bueno.

El segundo en despertarse abruptamente fue Adler, el cual se encontraba unas cuantas camas más allá. Al igual que Aly, este también estaba sudando y se podía escuchar lo agitada de su respiración.

Rápidamente revisó su cuerpo en busca de alguna herida, sin lograr encontrar nada. Tocó su mandíbula sin percibir nada extraño.

—Podía asegurar que fue real.

Después del par, y del otro lado de la habitación, ya que esta había sido dividida para aceptar hombres y mujeres, se escuchó que una tercera persona se despertó. Se trataba de Camille, la cual comenzó a mirar hacia todos lados, como si buscara a alguien. Después, rápidamente saltó de su cama y corrió hacia la puerta de la habitación, despertando a unas cuantas personas más.

Adler también se puso de pie y caminó hacia la salida, siguiendo los pasos de Camille.

Aly, por su parte, simplemente no sabía qué hacer. Acababa de despertarse de un extraño sueño en el que su brazo era cortado por un misterioso joven de cabello similar al suyo, además de un par de ojos heterocromáticos.

—Esto tiene que ser una broma.

Parecía haber visto un reflejo de su persona.

—No, tan solo existe una persona con esas características actualmente en ejército.

Actualmente, él mismo lo dijo. Tras pensar un poco en lo que había visto, se percató de algo muy importante. El sueño estaba ambientado en algo que había sucedido tres años atrás.

Mientras él pensaba, Eduard se levantó de la misma manera que los demás, y, al revisar rápidamente su pecho, se encontró con una marca de color negro muy cerca de su pieza. La forma recordaba al de algún tatuaje tribal de hace miles de años.

Aly sabía que todo esto no era una coincidencia solamente. Si los cuatro integrantes de la escuadra 5 que pertenecían al equipo Rojo tenían una marca negra o habían soñado lo mismo, significa que la quinta integrante también.

Con eso en mente, él saltó de la cama y se apresuró a salir de la habitación. Eduard lo siguió sin preguntar nada.

Ya en el pasillo, ambos voltearon a cada lado, sin lograr identificar las demás habitaciones.

Ya que el ranking importaba mucho, recibirías una habitación en un piso acorde. Ya que el Rojo y el Azul habían llegado a la final, deberían estar en el piso superior, estando justo debajo de ellos el Amarillo y el Morado.

—Entonces por eso corrió Camille.

Aly y Eduard corrieron hacia su derecha hacia unas escaleras que conducían a la planta inferior.

Al descender, se encontraron de frente a Adler, el cual los estaba esperando. La tenue iluminación de los pasillos, agregada a la escasa iluminación de estos, formaba una escena tétrica en el interior.

El largo corredor que se formaba al terminar las escaleras tenía tan solo un par de puertas, las cuales eran las habitaciones de los equipos Amarillo y Morado.

Poco tiempo después, una de las dos se abrió, revelando la silueta de dos mujeres. Ambas estaban vestidas con un ligero pijama de una pieza de color blanco con una pequeña insignia a la altura del corazón, la cual indicaba su color y pieza.

La vestimenta de los hombres era similar, era una playera y unos shorts de color blanco, mientras que la pieza estaba en el muslo izquierdo.

No era algo del otro mundo, pero servía para identificarnos. Parece que los grupos eran muy importantes aquí para marcar una diferencia.