Capítulo 16

Al llegar al hospital encontramos a mi madre sentada en las sillas de la sala de espera, levantó la mirada, al vernos se levantó rápidamente y corrimos hacia ella. La abracé con fuerza antes de soltar una lágrima.

—¿Qué ha sucedido mamá?—comenzó a llorar.

Jason y yo nos miramos imaginándonos lo peor, espero que no sea cierto, pero mis lágrimas ya están empezando a caer, una tras otras.

—No sé, solo me llamaron que se puso grave y me han tenido aquí con la angustia—nos sentamos y esperamos a que saliera algún doctor.

Solo veíamos entrar doctores y salir con una expresión de confusión, le preguntábamos que sucedía y solo pasaban de largo. No sé que está pasando a través de esas puertas y cada vez me siento más culpable.

Nunca debí jugar con la vida de mi padre así, no sabía lo que estaba haciendo, la desesperación me ganó e hice las cosas sin pensar.

Debí dejar que el destino siguiera su curso, pero cuando uno siente que pierde a un ser amado haría lo que sea por ello y eso hice, aunque no lo hice bien, echando todo a perder.

Las lágrimas no paraban de correr y la desesperación abunda en la sala.

—Es mi culpa—dije mientras cubría mi rostro con las manos, apoyándome en mis rodillas.

—No es tu culpa Aura—levanto la mirada chocando con esos ojos azules cristalinos. Me muerdo el labio tratando de pensar en como decirle lo que hice. Tomé una gran bocanada de aire.

—Wesley yo...

—¿Familiares del señor Clark?—aparecieron unos doctores.

—Nosotros—habló mi madre, nos levantamos rápidamente—¿Qué le ha pasado a mi esposo doctor? Me han tenido aquí desde hace horas.

—No sabemos cómo decirles esto—llevó su mano por toda la cara tratando de cambiar esa expresión de impresión—cuando la llamamos es porque verdaderamente estaba grave, tuvo complicaciones para respirar y estaba convulsionando, no podíamos controlarlo a tal punto que dejó de respirar—todos quedamos paralizados, antes de que alguno pudiera articular una palabra el doctor continua—cinco minutos después el señor Clark despertó, fue muy extraño porque es como si nunca hubiese tenido la enfermedad—cada vez estábamos más atónitos.

—¿Qué quiere decir doctor? ¿Qué volvió de la muerte? —dije tragando saliva, el doctor asintió y otro comenzó a hablar.

—Le empezamos a realizar exámenes para saber las causas, pero no apareció nada en los exámenes, es como si nunca tuviera cáncer de pulmón.

—Esto es increíble—hablé, mi hechizo si funcionó. Llevo mi mano a la boca.

—¿Podemos verlo?

—En este momento le estamos haciendo unos últimos exámenes para saber con exactitud si el cáncer ha sido extinguido.

—Esto ha sido un milagro... la ciencia no cree en milagros, pero sinceramente esto ha sido un verdadero milagro—habló el otro doctor con una gran sonrisa.

—Nosotros les avisaremos cuando pueden pasar.

—Gracias.

Los doctores se retiraron y nosotros nos sentamos sin creer que es lo que ha sucedido, bueno todos menos yo, ya que yo lo causé. Sentí una mirada penetrante sobre mí, hasta que miro a Wesley que está mirándome como si supiera algo.

—"¿Lees mentes?"—no respondía, bueno lo intenté por si acaso—¿podemos hablar? —el asintió.

Salimos del hospital y fuimos a una cafetería que está por esa misma calle. Ya sentados comencé a mover las manos con nerviosismo.

—No sé que hiciste, pero esto no pudo ser solo un milagro, es muy extraño—achina los ojos.

—No me culpes por querer salvar su vida.

—No te estoy recriminando nada—apoya sus codos en la mesa acerándose más a mi—solo quiero que me digas ¿Qué hiciste?

—Esto se siente como un interrogatorio—no sé porque estaba nerviosa.

—Deja los rodeos Aura y dime ¿Qué hiciste?—me fulmina con la mirada.

—Fue un hechizo—digo casi inaudible.

—Aura...

—Fue un hechizo—dije más claro, sin mirarlo continué—desesperada busqué en el libro de hechizos y encontré ese, sin leer las condiciones solo me lo aprendí y lo utilicé—el soltó un suspiro al cual lo miré.

—Si tan solo hubiera tenido la oportunidad de tener ese libro en mis manos cuando mis padres murieron, ya sería otra historia—se volvió a recostar en el respaldar—Aura no podemos decirle a nadie sobre esto, que se quede como un milagro ¿Entiendes?

—Eso me queda más que claro.

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—Papá ¿Cómo te sientes? —mi madre, Jason y yo lo rodeamos alrededor de la cama de la habitación.

—Me siento, como si hubiese vuelto a nacer—sonrió—no sé porque aún me tienen aquí, si dicen que ya no tengo el cáncer, es muy extraño, pero estoy feliz de estar vivo y con mi familia.