20. Amalia Némésie.

Me falta el aire, los nervios son cada vez mayores, estoy temblando. Hoy es el día, el gran día que tanto he estado esperando, conoceré a mi padre, conoceré su hogar en Tierra del fuego.

Durante el día estuve en algunos programas de televisión anunciando mi ida al palacio de los Némésie y conversando con los periodistas sobre el mundo vampírico que estábamos formando, se podría decir que he formado una buena reputación en los medios de televisión, soy tan amada como temida y eso ocasionó algunos conflictos con terroristas que los cazadores supieron manejar a la perfección.

Mi padre se encuentra viviendo en un palacio escondido en Tierra del fuego que ha decidido crear hace ya algunos años, antiguamente mi familia vivía en Mar del plata pero debido al incidente decidieron trasladarse al palacio de Tierra de fuego y es entendible los motivos por el cual decidieron cambiar de posición. Para mi buena fortuna con los avances que va teniendo la isla artificial tendré un nuevo palacio donde vivir pronto, tendré un lugar llamado hogar para mi dónde podré descansar mis alas una vez la batalla termine.

Llegada la tarde tomamos un avión hasta Ushuaia, capital de Tierra del fuego donde ahora mi familia se encuentra viviendo oculta de los humanos, hasta ahora. Infinidad de cámaras me siguieron en cuanto baje del avión, ya me había acostumbrado a ser el foco de atención, mi rostro aparecía en todas partes y no me desagradaba, todo lo contrario, comenzaba a gustarme. Me encaminé con Daniel a mi lado hasta el auto que usaríamos para trasladarnos hasta el palacio, no quise cruzar miradas con Xavier, estoy evitándolo desde lo sucedido a pesar de que él intenta acercarse a mi o hablarme, pero generalmente era interrumpido por Gabriel quien sabía lo sucedido y suponía que no quería hablarle.

Aunque Gabriel es el enemigo estaba ayudándome más de lo pensado con este asunto, tal vez por que quiere que cambie de opinión y acepte el trato que me ha propuesto hace un tiempo, pero bien sabe que no lo haré, me niego a pasarme de bando solo para convencer a Odette de que debe cambiar de parecer, ella no aceptará y no oirá mis palabras si llego a hacerlo, me utilizará muy probablemente como mi padre me está utilizando.

Durante el trayecto en auto he observado la naturaleza de Tierra del fuego nocturna, si bien el frio aquí por las noches es intolerable a mi padre le ha gustado vivir aquí por el siempre hecho de no sentir frio y estar aislado de la sociedad. Tuvimos que tomar la ruta número tres, cuando llegamos a "Lago escondido" tomamos atajos saliendo de la autopista y un camino oculto, pasando cuatro lagos y sus respectivos cerros, apenas he sentido el viaje por este lugar ya que la velocidad del conductor era tal que no distinguía el paisaje a mi alrededor

Al parecer a los vampiros le gusta la velocidad, no solo corren rápido sino que también conducen a velocidades inimaginables y con semejante precisión que sorprenden, el viaje fue corto, tardamos exactamente una hora en llegar, cuando anteriormente Ethan había dicho que tardaríamos más de tres horas.

La estancia está escondida entre árboles y cerros, un hermoso, gran y profundo lago está rodeando el castillo, cuando hablaban de la estancia me la imaginaba con un pequeño castillo en formato de casa no literalmente un palacio gigantesco y antiguo. La observo por un buen rato, recorriendo cada una de sus torres y ventanas boquiabierta.

La estructura a pesar de los años se mantiene intacta, es enorme, posee un sinfín de habitaciones, el castillo escuela del internado es muchísimo más pequeño que este, lo supera en largo como en ancho convirtiéndolo en un enorme palacio en medio del lago.

Supongo que mi padre se ha basado en la combinación de varios castillos para crear este esplendido palacio no obstante ha querido hacerle unas cuantas reformas modernas al plano original y agrandarlo para que así nuestra familia viviera tranquila, sé que no muy lejos de aquí hay un pueblo muy pequeño de vampiros que prefieren mantenerse escondidos y en incógnita en donde un congreso vampírico se alza en medio del pueblo, allí los juicios se llevan a cabo.

En la isla artificial no estaba muy convencida de pedir los planos de un palacio, me bastaba vivir en un edificio, sin embargo, Alexander me ha convencido de llamar a uno de los mejores arquitectos de palacios vampíricos quien se encargaría de poner en pie mi palacio. Las personas que se encargarían de levantar la isla artificial serían vampiros, después de todo le estábamos dando dinero y trabajo a quienes más lo necesitaban a parte de una estadía segura en la isla una vez estuviera construida. A parte del palacio real habría un congreso para los vampiros especial para la corte vampírica donde pudiera trabajar cómodamente. Suponemos que con la mano de obra vampírica en un año estará lista la isla artificial, mi ciudad vampírica y podre al fin mudarme allí para comenzar mi reinado.

Tomo aliento, el frío invernal pasa por mis pulmones congelándolos, estoy temblando puesto a que aquí la temperatura baja demasiado, estamos cerca de la Antártida después de todo. Llevo puesto un vestido negro, la tela es de invierno y pesada, medias gruesas y botas altas, una campera que me hace parecer un oso, guantes, bufanda y un gorro, a pesar de estas vestimentas, el frio las penetra y ocasiona que tiemble congelándome.

Trago saliva y observo a Daniel a mi lado, intercambiamos una mirada: quiere que dé el primer paso hacia el palacio. Volteo y observó a Alexander parado tras de mi junto a Cassandra tomando su mano con fuerza, también está nervioso y si no fuera por su novia ya estaría en una crisis. Ella le susurra algo al oído que lo tranquiliza y besa su mejilla con aire maternal. 

Ethan me sonríe, una sonrisa que da aliento a decir verdad mientras baja las valijas del auto junto a Gabriel y Catalina. Sofía se ve impaciente por entrar, impaciente por estar en casa, la ansiedad cubre sus ojos castaños y Xavier... Ese completo imbécil solo sabe observarme en silencio, anhelando acercarse a mí para hablar.