La voz de Viktoria

Capítulo Final

La voz de Viktoria.

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Era el primer encuentro directo que tenían desde que ella hubiere escapado de la muerte arrojándole a las brasas. Para Refilsson, Viktoria era la materialización de todo cuando podría odiar y detestar. Y lo era porque no tenía a nadie en quien podría desquitarse y quitar ese odio que llevaba dentro.

Fue como la punta del iceberg de la vida de desquicio y envidia que sentía hacia Mihael; sentimientos que arrastraba desde pequeño cuando la coincidencia los unió en la tragedia.

Envidia por las habilidades de él.

Envidia porque Freya y Takeru Ren sólo tuvieron ojos para él.

Mihael fue un maldito bendecido, y tenía todo lo que él hubiera querido y deseado desde siempre. Refilsson sólo pudo obtenerlos por otros medios, a la fuerza y a base de mentiras.

A estas alturas, seguro Freya lo despreciaba por el sabotaje que les había hecho, pero Refilsson la recuperaría como fuera. No la dejaría al arbitrio de Skye. Acabaría con él como debió haber hecho hace tiempo, y con su muerte se acabarían todas las estúpidas inseguridades que menoscabaron su vida y lo hacían sentir ridículamente inferior a Skye.

Aunque primero se entretendría despellejando a Viktoria Sterling.

─Eres una basura…Refilsson, todo un circo ¿para vengarte de una mujer?, secuestraste a mi hijo sólo para hacerme sufrir ¿no te hubiera bastado con mandarme a dar un tiro con uno de tus secuaces? ─preguntó Viktoria, con cierto dejo de dolor ya que la molestia que sentía en las muñecas se le agravó.

Como veía venir su final, no se guardaría la lengua para Refilsson.

─Hubiese sido muy rápido y benévolo para ti ─contestó el ex asesino del gobierno.

─Te gusta ser la diva del circo. Gracias a este numerito, la agencia va a lograr tu ubicación para cazarte. Ya quiero verte pelear mano a mano con el director ─replicó Viktoria, decidida a ser punzante.

─No lo veras. Ya estarás muerta para cuando vengan aquí ─anunció Refilsson.

Viktoria se estremeció al oír aquello, ya sabía que la habían traído aquí a matarla, pero confirmar específicamente aquello no era algo que se digería con facilidad. La cercanía con la muerte nunca es fácil para nadie. Pero Refilsson no tenía pensado hacer las cosas fáciles. Un poco de tormento psicológico en Sterling no estaría nada mal.

─Supongo que Skye corrió junto a Freya apenas la vió ─aguijoneó el hombre

Y en efecto Refilsson tuvo razón, ya que la muchacha cambió las facciones de su rostro, apenas oyó aquello. No le había gustado. Le dolió, de hecho. Y con ello, Refilsson también confirmó que Viktoria seguía enamorada de Mihael.

─Y ella también corrió a él, apenas lo vió ─replicó Viktoria, con mordacidad, sabiendo cómo le dolería a ese desquiciado hombre el saber que su mujer siempre prefirió a otro ─. Ya te debe pesar bastante que hayas tenido que armarle todo un numerito a tu mujer para que se casara contigo.

Ese fue un golpe muy, pero muy bajo.

Viktoria recurrió a las viejas técnicas que había aprendido cuando era una nerd agente de inteligencia. A la mujer ya todo el asunto le daba igual, su hijo estaba a salvo, y si ya estaba condenada, pues aprovecharía de decirle alguna que otra verdad al enfermo de Refilsson antes que éste le cortare la lengua o algo peor.

A pesar de toda la valentía que estaba mostrando, Viktoria no pudo evitar tragar saliva cuando vió a Hank que se acercaba sigilosamente por detrás de ella, hacia el mecanismo que ayudaba a estirar las cuerdas por donde ella estaba suspendida.

Refilsson solo tuvo tenido que hacerle un gesto y aquel otro obsesionado de Hank no dudaba en obedecer, ya que simplemente apretó algo del aparato y las cuerdas se estiraron, haciendo que Viktoria subiera en altura y suspensión, desconcertando a la prisionera, aunque acabó de confirmar lo que ocurriría cuando vió a Hank con otro par de cuerdas.

Iba a amarrarle las piernas. Viktoria intentó resistirse, pero era más débil que Hank así que fue imposible detenerlo. A todo esto, Refilsson la observaba con un brillo infernal. Fue ahí que lo entendió.

Iban a empezar a torturarla.

Cuando Hank volvió a tocar algo del aparato, las cuerdas se estilizaron, y Viktoria lanzó un grito desgarrador. Estaban usando con ella la técnica del estiramiento.

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Mihael no tenía equipo consigo, solo unas armas y sus puños. Y por supuesto, su espada. Tuvo que hacer a pie el camino hasta el sitio donde se presumía la locación de Refilsson, según la nota dejada por Hank.

Se sentía un poco estúpido por haber hecho eso, pero de la prisa por perseguir a Viktoria, los olvidó y hasta había prohibido a Wyatt seguirlo, siendo que éste de buen tino se ofreció para venir con él.

Ahora tenía que planear sobre la marcha según lo que viera. Quien hubiera imaginado que, en las zonas bajas de Seattle, el rey del hampa Laarson Refilsson hubiere creado un pequeño imperio casi a la vista de todos, y a la vez oculto.