Capitulo N°21:El sueño que no será

Amor mío…

Hoy no sé si tengo fuerzas para escribirte, pero necesito hacerlo.
Necesito vaciar este dolor que me desborda por dentro.

Perdimos otro embarazo.
Y esta vez… el médico fue claro.
Mi cuerpo no está preparado para ser madre.
No podré darte ese hijo que tanto soñaste…
No podré cumplir ese deseo que tantas veces susurraste al oído, con ternura, con ilusión.

Se me parte el alma, David.
No por mí… sino por vos.

Soñamos tanto.
Dos veces llenamos la casa de esperanza.
Dos veces elegimos nombres, compramos pequeñas prendas, soñamos con una risa corriendo por el pasillo.
Y dos veces vimos cómo esos sueños se apagaban… sin poder hacer nada.

Una vez más, la habitación infantil que con tanto amor preparamos quedará cerrada,
con sus paredes llenas de dibujos hermosos,
los juguetes sin usar…
con el dolor de nuestras almas, que nunca la verán llenarse de risa y juegos.
Una vez más tendremos que cerrar esa puerta, pero esta vez, para siempre.

Te juro que los sentí dentro de mí.
Fueron tan reales, tan nuestros, aunque por tan poco tiempo.
Y cada vez que me abrazaste mientras lloraba, cada vez que me dijiste que nada había cambiado, que me amabas igual… solo lograste amarme más.

Pero yo no me siento suficiente.
No para vos.
No para esta vida que soñamos juntos.

¿Sabés qué es lo peor?
Que todavía me levanto algunas noches, con las manos sobre el vientre vacío, como si buscara un latido que nunca volverá.

Siento que te fallé.
Y aunque vos jamás lo digas, aunque me mires con los mismos ojos llenos de amor… yo lo sé.

Hay sueños que se rompen en silencio.
Y aún así, seguimos amando con las piezas que nos quedan.

Hoy no tengo consuelo.
Solo tengo tus brazos, y aún así… no me alcanzan.

Perdoname, mi ángel.
Perdoname por no poder darte lo que más deseás en el mundo.

Te amo con todo lo que soy… incluso con lo que me falta.

Amelia.