CAPITULO 7

-Te esperamos con Dan-avisó Tyler.

Me estaba sirviendo el desayuno, desperté sin dolor alguno, a pesar de que hace alrededor de 24 horas me habían hecho una biopsia, me pareció algo extraño pero termine por ignorarlo.
Los chicos se dirigieron a la mesa en donde se encontraba Dan y Alicia, últimamente hemos convivido mucho con ellos, además me enteré que Alicia también es del equipo de táctica, hay 2 personas más en él pero no las he conocido aún, lo único que sé es que los dos son chicos y por los estándares de belleza de Salvezza supongo que son atractivos y no imagino como Alicia se logra concentrar con tremendos cuerpos esculpidos por ángeles y dioses.

Me termine de servir el desayuno, me quite del frente de la fila y alguien me tomó del brazo jalandome hacia sí,lo que me hizo perder levemente el equilibrio.
Casi se me cayo la bandeja con comida, las personas me voltearon a ver y sentí mucha vergüenza.
Me incorporé como pude y volteé ver quien era el idiota que me jalo y era el pelirrojo, el jalón me pego contra su pecho pero me separé rápidamente.
No me soltó y me llevó hasta su mesa; me senté ahí y el enfrente de mi.

-¿Qué planeas hacer?-preguntó Edmond disimulando su... ¿enojo?.

Suspire cansada, no pensaba soltarle la verdad, eso jamás. Sabía muy bien que tal vez mi intento por resaltar entre los demás o unirme al equipo de táctica muy probablemente sería un fracaso o terminaría muy mal, pero solo deseaba intentarlo.

-Nada, ¿qué te hace pensar que planeo hacer algo?-pregunté muy segura.

Edmond me tomo la muñeca con fuerza, que estaba posada en la mesa, junto a mi bandeja de comida. Apreté mis labios por el dolor que causó su agarre.

-No intentes hacer algo que te pueda hacer daño-advirtió mirándome a los ojos-te quedas aquí, desayunando conmigo.

No pude retirarme, ya que al pronunciar las últimas palabras, el pelirrojo apretó con mucha más fuerza mi muñeca.

-¿Qué quieres?-inquirí harta.

Edmond se concentró en su desayuno, ni se dignó a mirarme.
Últimamente había estado muy pendiente de mi y de lo que hacía, lo que me obligaba a andarme con cuidado, además podía desconfiar de cualquiera, aquí en Salvezza todos recibían órdenes de Edmond.

-¿Me podrias ver?-pregunte enojada-me canse pelirrojo, ¿qué pretendes?.

El me volteo a ver, su rostro como siempre inexpresivo, ahora debajo de sus ojos se encontraban unas tenues ojeras.

-Mira Callie, lo único que pretendo es evitar que cometas un error, además ¿qué te traes con Dan?-inquirió serio.

A él no le incumbe mi vida privada, que metiche salió, bueno no es que yo no lo sea, pero por lo menos no ando ahí haciéndolo obvio.
Lo que tenga con Dan no tiene que ver con mi inmunidad, que es de lo único que deberíamos hablar yo y Edmond.

-Primero que nada no tengo porque darte ninguna explicación respecto a mi vida privada y segundo no hago nada malo, si te preocupa que se sepa algo de mi inmunidad puedes estar tranquilo-espete sería.

El tenso su rostro; sabía que eso le había molestado, últimamente me había dado a la tarea de observarlo, aclaró que no como acosadora solo para ver su comportamiento, siempre estaba serio, con una mirada inexpresiva, esos ojos verdes profundos estaban vacíos, la única emoción que llegaba a expresar era desaprobación o enojo.

Él negó en desaprobación-Hay Callie, nunca lo comprenderás ¿cierto?, se como actúan los jóvenes como tú-hablo con ápice de diversión; parecía que siempre le gustaba ganar.

No pensaba dejarlo minimizarme porque simplemente era un poco mayor que yo, siempre me llevaba la contraria y la mayoría del tiempo era indiferente o me ignoraba.

-No pienso seguir con esto-hable cansada del pelirrojo.

Él tenía un aspecto muy intimidante, es demasiado alto; cualquier mujer que le pasa por el frente suspiraba al verlo, debo admitir que es bastante atractivo, debe tener unos cuantos años más que yo.

Me levanté de la mesa sin tomar mi comida, se me había quitado el apetito.
Salí del comedor dando pasos firmes y exagerados.

...

Después de la horrible mañana que pase gracias a Edmond, me dirigí al consultorio para que me realizaran una biopsia.

Aún quedaban algunas horas para ver a Dan después del entrenamiento y Amy me había mandado a llamar.

Toque la puerta de su consultorio y me indicó pasar.

-Buen día-saludé cerrando la puerta.

Ella estaba detrás de su escritorio, sentada en la silla, en sus manos habían unos documentos.
Amy no lucía ni muy joven ni muy vieja, siempre llevaba una coleta, la cual recogía su larga cabellera negra, nunca faltaba su bata blanca y sus tacones negros.

-Buen día, toma asiento-indicó con un ademán.

El rostro de Amy reflejaba preocupación, no quería comenzar a crear teorías locas en mi cabeza, a pesar de que no era la reina de la exageración si solía ponerme muy paranoica rápidamente.
Me senté en una de las dos sillas, las cuales estaban frente al escritorio.

-Hice las biopsias y ahora obtuve los resultados-dejó los papeles torpemente en el escritorio y prosiguió-las de Max y Tyler tenía algunas células anormales, pero nada comparado con la tuya.

En mi recayeron miles de preguntas, dudas sobre que soy en realidad, se me hizo un nudo en la garganta.
Solo asentí lentamente preparándome mentalmente para lo que venía.

Amy prosiguió-al revisarla note una familiaridad, era anormal comparada con una biopsia de tejido común y sano, pero yo ya lo había visto antes, comencé a revisar en los archivos; que no eran muchos, y lo encontré, el tejido y las células eran muy similares al tipo dos-hablo lento para que yo pudiera entender y procesar todo.

¿Eso qué quiere decir? ¿acaso soy humana? ¿por qué yo? ¿por qué no otra persona? solo hacía falta que me saliera una segunda cabeza u otro ojo.
Mi rostro no era de sorpresa sin embargo estaba seria con los ojos muy abiertos.