Capítulo 21

—¿Podemos hablar?

Después de lo sucedido el día anterior, Misuk se fue del lugar con mucha preocupación e inevitablemente, culpa. Sabía que no fue consecuencia de un acto por parte de ella o de alguien en sí, pero era natural en la chica preocuparse demás y recriminarse por todo.

Solo bastó con tocar el timbre de aquella casa y sintió las preocupaciones abandonarla aunque sea por esas horas que pasó viendo películas y jugando juegos de mesa con los hermanos Kim y Jiheon.

Este día, Misuk le había pedido a Taehyung que le acompañase al restaurante para presentarlo adecuadamente con sus amigos, pues hasta ahora no se había dado el tiempo de hacerlo; además, quería llevarles algo a Wonyoung y Jiheon que habían quedado en estudiar juntas.

—Creo que hasta vendrán con un amigo —comentó Taehyung—. ¿Yunho se llamaba?

—Si tú no sabes, yo menos —rió Misuk.

Aparentemente Soojin había decidido solicitar unas vacaciones del trabajo. A todos les entristeció la noticia, pues la mencionada no les había comentado al respecto.

—Bien, anímense, estoy segura que estará de vuelta —animó Jennie.

Ahora mismo, ya habían terminado el horario correspondiente y ya podían marcharse. Misuk no había ignorado a Jimin, pero tampoco le había hablado en demasía, solo si era necesario. Las cosas seguían algo incómodas entre ellos dos, y es por eso que le sorprendió cuando el más alto de sus amigos además de Chanyeol, la llamó.

—¿Podemos hablar? —había dicho.

Algo dudosa, miró a Taehyung. Este le dio una sonrisa transmitiéndole confianza y Misuk se sintió relajar.

—Esto... ¿Jennie? —miró a la mayor y ella asintió—, ¿Chanyeol? —de igual manera asintió con una pequeña risita— y... ¿solecitos? Perdón, acabo de olvidar sus nombres —se disculpó con las orejas rojizas. Los menores rieron—. Bueno, ¿salimos un rato? De pasada los conozco mejor.

—¿Se va a hacer costumbre que siempre tengamos que salir para que ellos hablen? —puchereó Yeri cruzándose de brazos.

—No te quejes, niña —regañó Chanyeol divertido—. Salgamos.

Misuk se acercó tímidamente al mayor, hasta pararse frente a él sin dejar de balancear sus pies. Esperó pacientemente hasta que este comenzara a hablar.

¿Tenía miedo? La verdad, por lo sucedido anteriormente, sí. No iba a mentir; sin embargo, conocía bien a Jimin y como su mejor amiga, sabía que él era más que eso. Y Jimin realmente se veía dolido ahora.

—Misuk, yo... primero que nada, en serio lo siento —comenzó mirandola a los ojos—. Creo que... la verdad no sé ni qué pensar. Me desconozco a mí mismo. Pero creo que de lo que voy reflexionando y lo que Soojin dijo, yo... —mordió su labio inferior y prosiguió con una sonrisa triste—. Al parecer me gustas, "Mirae" —bromeó. Cuando la chica pareció querer decir algo, siguió—. Antes de que te espantes... ya entendí que es muy tarde para eso; además, no estaría bien considerando que no me siento listo para nada. Y comprendo que tú sientes algo por otra persona que sin duda alguna, se lo merece, porque tú mereces lo mejor y se nota que ese chico sabe lo que quiere —dio un suspiro antes de terminar—. De nuevo, lamento lo que hice. Seré un buen amigo, de la manera adecuada, de ahora en más.

Jimin se encontró con una sonrisa de dientes brillantes. Apartó la mirada rápidamente sintiendo su corazón acelerarse.

No era la calidez acompañada de tranquilidad que sentía con Soojin, con Misuk era como si su corazón fuese a explotar de repente.

—Gracias Jimin, me alegra que podamos seguir siendo amigos. Y gracias por comprender. En serio lo aprecio —lo sonrió suavemente—. Taehyung no es perfecto, nadie lo es... él también tuvo que enfrentar sus problemas, yo lo haré y te recomiendo que tú lo hagas también. No huyas de ti mismo.

Jimin mantuvo una expresión neutra al principio, pero segundos después, se hallaba sonriendo en grande.

—Sin duda la Chica Consejos —revolvió sus cabellos sin cuidado. Misuk se quejó—. Deberías darnos consejos a menudo.

—Mi pobre cabello —Misuk resopló—. Bueno, ya debo irme.

Jimin asintió y se despidieron. Mantuvo la mirada incluso cuando la chica se fue de la mano del chico apuesto.

[...]

Jimin sentía su corazón y mente arder. Estaba cansado de todo, no estaba acostumbrado a la ausencia de Soojin en su vida; a no tener esos mensajes cada mañana diciéndole buenos días, preguntándole cómo estaba y los de buenas noches.

A veces sentía que él ni siquiera había sido un buen novio para ella.

Soojin merecía más, Misuk también y lo había conseguido. Aunque la última le hubiese dicho que tanto Taehyung como ella tuvieron o iban a enfrentar sus miedos, al menos se atrevieron. Él no podría.

No era tan valiente, y no era suficiente.

—Otro, por favor —pidió arrastrando las palabras—. Tú... tú no eres la misma persona que me atendió hace un rato...

Al otro de la barra, una chica de rasgos extranjeros limpiaba uno de los vasos. Lo miró con la ceja alzada y le dio una sonrisa.

—Me llamo Elena, un gusto —se presentó aquella chica que lucía unos pocos años mayor a él—. Mi compañero tuvo que marcharse; cambio de turno, ya sabes.

Jimin asintió medio ido.

—Otro, por favor.

Elena solo tuvo que oler el vaso para saber lo que había estado tomando, y con tranquilidad le sirvió otro. Jimin lo tomó rápidamente y la miró fijamente.

—¿Tengo algo en la cara? —preguntó ella divertida mirándolo de reojo.

—No... pensé que me dirías que dejase de tomar mucho. Digo, sé que no me veo muy bien —hizo una mueca en un intento de formar una sonrisa.

Elena rió y se encogió de hombros.

—Por si no lo sabías, a un bar vienen las personas para divertirse u olvidar. Viéndote así, supongo que es por la segunda opción —comentó ella continuando con su trabajo—. ¿Te importaría compartir tus lamentos con una completa extraña?