III PRIMEROS DIAS-2

• Camino

Me abalancé sobre Eloísa y la abracé con fuerza mientras decía millones de veces gracias. Después me subí a mi coche, bueno era de la empresa que me lo había cedido para poder trabajar en condiciones algo más dignas. Mientras iba camino a la casa donde paraba pensé en todo lo que había estado sintiendo a la par que la abrazaba, me sentía feliz, segura y sobre todo plena. Los problemas en casa, tanto con mamá como con papá, su manía de que las mujeres sólo valemos para la casa y que lo demás son tonterías, mientras que Carlitos, mi hermano pequeño hace y deshace sin que nadie le controle nada, la suerte que tiene Mariela se va de casa y mis padres creen que se va a ir a la casa que tiene el idiota con el que la quieren casar, y sin embargo se va a ir a la zona más cara con el listo de su antiguo compañero de clase.

A la mañana siguiente llego a las siete de la mañana y me tomo otros tres cafés, para empezar el día con más nervios de los que puedo presumir, veo la montaña de expedientes que me tocará revisar y preparar para que vean de que pasta estoy hecha, mientras le preparo la documentación del día a Eloísa reviso el primer expediente que hay. Puta suerte, es un expediente en contra de mi padre.

Me pongo a revisarlo para encontrar algo que me indique, el modus operandi de mi padre. Si el supiera lo que estoy haciendo en su contra. En el expediente no encontré nada, así que llamé Eloísa para indicarle que necesitaba hablar con ella.

Camino: “¿Se puede?”

Eloísa: “Adelante pequeña, ¿qué necesitas?”

Camino: “Necesito el expediente del proyecto que realizó mi padre…”

Eloísa: “¿Para qué lo quieres?”

Camino: “Necesito toda la información que me permita saber porqué ocurrió el retraso, y, eventualmente, descubrir si hay un patrón que nos permita tomar las medidas oportunas en contra del actual retraso…”

Eloísa: “Un poco presuntuosa ¿no crees?”

Camino: “Bueno, tengo que intentarlo. Si no queréis que revise estos expedientes porque me los dais…”

Eloísa: “Vamos por partes, los expedientes que te he dado es para ver si se podía o se puede hacer algo más, pero tú me pides el expediente de uno de nuestros proyectos, que lo llevó tu padre, que tuvo algo de retraso…”

Camino: “Y yo quiero revisarlo por ver si hay algo que se os haya pasado y tenga relación con el retraso…”

Eloísa: “Mira no puedo perder más el tiempo, llamaré a Diego para que te lo entregue ¡¿Contenta?!”

Con la reacción de Eloísa me quedé un poco pillada, la verdad yo quiero hacer las cosas bien, pero si el querer hacerlas bien me obliga a enfadarme con ella me deja un mal sabor de boca. Diego me dejó en mi mesa el expediente completo del proyecto en el cual estuvo ejecutando mi padre. Me dediqué en cuerpo y alma a examinarlo. Lo primero que estuve revisando fueron las cuentas, allí me encontré con la primera sorpresa, había unos pagos, pequeñas cantidades, destinados a unos informes jurídicos, por lo que decidí hablar con uno del área legal para que me los explicase.

Abogado: “¿De dónde dice que ha salido estos informes?”

Camino: “Del expediente de este proyecto…”

Abogado: “Te puedo decir que básicamente estos informes son un corta y pega muy mal hecho, y teniendo un departamento jurídico no entiendo cómo hacen estos disparates…”

Camino: “Si no es mucha molestia, le importaría darme por escrito el diagnóstico de estos informes que me acaba de hacer.”

El abogado se retiró asegurándome que antes de finalizar su jornada tendría su informe en mi mesa, entretanto estuve averiguando otros temas del proyecto. Pero en mi cabeza sólo había una duda, “¿porqué?”. Después de almorzar me llegó el informe, y sin pedir permiso ni nada entré en el despacho de Eloísa, lo poco que había descubierto nos permitiría realizar alguna maniobra que “mi queridísimo” padre no vería venir.

Eloísa: “¿No te han enseñado que tienes que llamar antes de entrar?”