♡ :  CAPÍTULO V — WONYOUNG

Su vejiga la despertó en medio de la noche. Wonyoung abrió sus ojos legañosos y los frotó. Un vistazo rápido le mostró que el otro lado de la cama estaba vacío. Jeongin no estaba en la cama de nuevo.

Ella frunció los labios y se sentó con dificultad. Dios, ella estaba solo de siete meses y medio, pero se sentía como un pequeño elefante. No estaba segura de sí podría soportar otros dos meses de esto. Tal vez realmente deberían haber esperado, como Jeongin había querido: tenían suficientes problemas ya sin un bebé en la mezcla.

La reacción de Jeongin ante su embarazo no había sido tan buena como Wonyoung lo había esperado. Su humor parecía estar deteriorándose mientras que el embarazo avanzaba y ella no era la única que lo había notado.

Gracias a Dios, el gerente de relaciones públicas de Jeongin al menos había logrado acallar el escándalo causado por el comportamiento de Jeongin durante el partido inaugural de la temporada, él había plantado el rumor de que Jeongin solo estaba tomando la noticia de la renuncia de su médico con dificultad. La prensa había aceptado la explicación: la historia de la recuperación milagrosa de Jeongin por su lesión en la médula ósea era ampliamente conocida. Fue una buena explicación porque era la verdad. A veces ella deseaba que no lo fuera.

Wonyoung dejó escapar un suspiro. Para ser completamente honesta, ella se había alegrado un poco cuando se enteró de que Hyunjin estaba dejando Inglaterra. Le gustaba Hyunjin, era imposible para él resultar desagradable y tampoco resultaba hiriente el que fuera increíblemente agradable a la vista, pero su relación con Jeongin siempre la hizo… sentirse incómoda.

Para llamar al pan, pan, ella siempre se había sentido un poco celosa de lo cerca que estaba Hyunjin de Jeongin. Sabía que sus celos tenían poco sentido. Hyunjin podría ser gay, pero su relación era completamente platónica; Jeongin era tan recto como una flecha y la amaba. Excepto… excepto que había algo que tenía la relación de Jeongin con Hyunjin que faltaba en la de ella con Jeongin; intimidad emocional.

Jeongin podría estar enamorado de ella y desearla, pero él nunca se abrió por completo a ella. Incluso cuando estaban acostados desnudos después de hacer el amor, ella podía sentir algo separándolos. Algo intangible, pero que estaba allí. A Jeongin no le gustaban los abrazos después del sexo de todos modos; él no era del tipo acariciador y sensible, bueno, a menos que fuera con Hyunjin.

Con Hyunjin, Jeongin se convertía en un acariciador, sensible y pulpo, y se acurrucaba contra él en cada oportunidad. Racionalmente, comprendía por qué Jeongin se sentía tan cómodo cuando Hyunjin lo tocaba; teniendo en cuenta el hecho de que Jeongin había estado paralítico por meses, probablemente se había acostumbrado a tener las manos de Hyunjin sobre él a diario. Solo era natural que confiara tanto en su ex fisioterapeuta. No era nada por lo que estar celosa.

Wonyoung miró el lado vacío de la cama nuevamente e hizo una mueca. ¿A quién estaba engañando? Ella sabía por qué se sentía celosa de Hyunjin.

Jeongin podría estar enamorado de ella, pero él no la necesitaba. Cuando estaba triste, era a Hyunjin a quien recurría. Hyunjin era el único al que necesitaba.

Los labios de Wonyoung se torcieron al recordar el partido contra Arsenal la temporada pasada. Había sido un torneo muy importante en Londres y el equipo de Jeongin había perdido gracias a la dudosa decisión del árbitro de anular el gol de Jeongin. Decir que Jeongin estaba enojado y molesto sería no decir nada. Wonyoung trató de consolarlo, pero Jeongin le gritó que lo dejara solo y que no quería compañía, así que ella decidió dar un paseo y darle unos minutos para calmarse. Cuando regresó diez minutos más tarde, se encontró con Jeongin acurrucado junto a Hyunjin, su expresión tranquila y relajada mientras que Hyunjin le acariciaba la espalda y le susurraba algo al oído.

Wonyoung se quedó congelada, sintiéndose ajena, viendo algo de lo que nunca podría ser parte. Fue por eso que ella había estado contenta con que Hyunjin renunciara a su trabajo y regresara a los Estados Unidos. Había pensado que finalmente tendría a su novio completamente para ella. Wonyoung se echó a reír. Que ingenua que había sido.

La presión persistente en su vejiga se hizo notoria de nuevo, así que salió de la cama y encaró hacia el baño. Cuando terminó, volvió al dormitorio pero hizo una pausa, mirando la cama vacía. ¿Dónde estaba él?

Wonyoung se dio la vuelta y dejó de la habitación. La casa que Jeongin había comprado para ellos, después que se enteró del embarazo, era enorme y lujosa. Era la casa de sus sueños. Pero ahora, en la oscuridad, parecía demasiado vacía y fría. Wonyoung presionó una mano en su vientre. Pronto no estaría tan vacía.

Encontró a Jeongin abajo. Estaba dormido en el sofá, la luz de la luna entrando por la ventana abierta e iluminando sus facciones. La luz de luna era amable con él. Ocultaba las bolsas bajo los ojos de Jeongin. Wonyoung se le quedó mirando por un momento, antes de cambiar su mirada hacia el teléfono sobre el pecho de Jeongin.

Ella dudó, pero quería saber. Con cuidado, agarró el teléfono de Jeongin y echó un vistazo a la pantalla. El correo electrónico estaba abierto. Wonyoung frunció el ceño, notando que Jeongin tenía muchos mensajes no enviados como “borradores”. Correos para Hyunjin, todos ellos sin enviar.

Silenciosamente, se sentó en el sofá junto a Jeongin y comenzó a leer desde el correo más viejo, con fecha hace más de un mes.

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“…Wonyoung me dijo que te saludara. Ella no sabe por qué te fuiste, por lo que no pude decirle que no estábamos hablando en absoluto. Por eso te estoy escribiendo. Para decirte que ella te manda saludos…”

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“…La nueva doctora es genial. Su nombre es Shen Xiaoting, y ella es divertida y muy bonita. Es la única mujer médico en un equipo de la Premier League. ¿Cuán genial es eso? Me gusta mucho. Es asombrosa. No me regaña y no me dice que no coma cualquier cosa que quiera comer. No le importa. Ella es genial…”