Ocho: Mi error es tu error.

Mi cuerpo se encontraba en el concreto completamente frío. Intento ponerme de pie, pero un enorme dolor en mi abdomen hizo que vuelva a mi posición original. Observo la zona afectada y estaba repleto de sangre. No podía recordar qué era lo que me había pasado. Ni siquiera qué hacía aquí. Luego de varios intentos, me pongo de pie. Era una ciudad perdida, sumamente iluminada pero abandonada. Cada uno de mis pasos dolía.

— Tyson-escuchar mi nombre de esa voz sumamente dulce y tierna me hizo girar sobre mis pies y encontrarme con ella.

— ¿Lila…?-corrió hacia mí y me abrazó. No paraba de llorar-¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?-dejé mi herida de lado y le presté toda la atención que pude.

— Tengo miedo, él viene detrás de mí. Tienes que despertar, por favor-frunzo el ceño sin comprender-¡Tienes que despertar!-su grito erizó mi piel y ahí es cuando todo tomó color.

— Tiene pulso, doctor-siento un pinchazo en mi brazo y mi vista era borrosa-Hay que llevarlo a la sala quirúrgica pero debemos parar la hemorragia…

— ¿Dónde estoy?-intento moverme pero no me lo permiten.

— Estás en el hospital Central, tranquilo. Acaban de apuñalarte en la prisión y debemos parar tu hemorragia. Necesito que cooperes con nosotros-dejo que haga su trabajo paralizando mi cuerpo, ni siquiera podía moverlo del dolor que sentí.

Narrador:

Ralph se encontraba en su lugar de trabajo, pero algo le impedía seguir como de costumbre. Su amigo, o lo que fuera. No podía saber que estaba en la cárcel, inculpado por un asesinato que él ni siquiera cometió. No sabía qué hacer y ayudarlo a escapar de la prisión no era una buena idea. De la nada vino a su mente esa duda que Tyson dejó crecer en él ¿Por qué preguntaría por una droga?

— Ralph, serás el encargado de la paciente de Tyson. Lila-una mujer morena, un poco robusta y seria, le comunicó su nueva paciente y desapareció. Por una extraña razón se sintió triste. Dejó sus cosas y fue a la nueva habitación de Lila.

El camino era un poco largo, pero no le importó. Tocó antes de entrar y como era de esperarse, ella estaba dormida. Se acerca para hacerle un chequeo, como siempre le ha hecho a sus pacientes, pero ella tenía algo raro. Salió de ahí y se encaminó a la oficina del difunto director. Sabía que había un vicedirector, pero nunca fue revelado. Entró a la oficina y estaba vacía. Aún tenía las cintas amarillas pero no le impidió el paso. Él era de los pocos que sabía en dónde estabas las cámaras y debía quitarse las dudas. Esperaba que no estuviera loco como él.

Tomó una laptop que se encontraba entre unos libros, colocó la contraseña y abrió las cámaras. Automáticamente se enviaban ahí las grabaciones. Colocó la cámara en dirección a la habitación de Lila y allí vio a Joshua y a Tyson pelear. Su piel se erizó al ver el líquido en una jeringa. Ese líquido.

— No estabas loco, bastardo. Tyson, eres un desgraciado-dijo para él sabiendo que nadie lo escucharía, o eso pensó.

— Conque allí escondía las grabaciones de las cámaras de seguridad-Alim se acercó con el fin de quitarle la laptop, pero él no se lo permitió-no quieras que te asesine a ti también-ella al decir eso, cometió un completo error al revelar su cometido-él nunca tuvo la confianza de decirme en dónde estaban las cámaras y menos las grabaciones que quedaban archivadas, pero tú ¿Tú? No es posible que te lo haya dicho a ti y no a mí.

— Rangos, no lo voy a negar-se arriesgó al decir eso-así que tú mataste al director e inculpaste a Miller ¿Por qué?-colocó la laptop debajo de su brazo para que no pueda quitársela.

— Era un estorbo, siempre lo fue. Y le rompió el corazón a mi sobrina, no lo puedo soportar-Ralph no comprendía a quién se refería. Con las únicas personas con las que Tyson ha salido, que él sabía, eran Verónica y la hija de Baker.

— ¿Verónica? ¿Ella es su sobrina?

— Eso no te interesa-su tono de voz cambió a uno más grueso y molesto-dame esa computadora y podrás salir con vida-Ralph no aguantó y comenzó a reír frente a Alim-¿Qué es tan gracioso?

— ¿Cree que me intimida? He pasado por muchas cosas y ésta es una de las más pequeñas, ceda el paso o tendré que quitarla. Tengo que ir a sacar a Tyson de la prisión-intentó caminar, pero ella comenzó a aventarle con todas las cosas del escritorio-¿Está loca?-no le respondió, pero tampoco se detuvo-Si eso quiere…-comenzó a caminar de nuevo, pero ella sacó un arma de su espalda y le apuntó en su pecho-una 9 mm, buena elección-deja la laptop sobre el escritorio y eleva sus manos. En un movimiento rápido, con su antebrazo, golpea el arma tirándola al piso, toma el brazo de Alim y lo lleva detrás de su espalda lastimándola y paralizándola-fui entrenado en el ejército ¿Cree que le temo a las armas? Voy a sacar a mi colega de la prisión y no podrá detenerme…

— Ella no, pero yo sí-Joshua se paró en la puerta con la misma arma que tenía Alim, apuntando a Ralph-he sido líder de la sección “B”, pero el idiota del director no me ha dicho dónde estaban las grabaciones, pero sí las cámaras. Gracias-le quita el seguro y le dispara en la pierna. Ralph, herido, toma la computadora y la arroja contra el suelo haciéndose pedazos-eso fue inesperado, pero te has quedado sin evidencia.

— ¿Quién dijo eso?-tomó el arma que le quitó a Alim y le disparó en su brazo a Joshua, dejando caer su arma. Alim sin tener un plan sobre qué hacer, saca una navaja.

Ralph, sin piedad alguna, le quita el seguro nuevamente y le dispara en su pecho cayendo a los segundos. Él tenía un permiso para usar armas y podía dar el testimonio de que era en defensa propia, junto con la evidencia. Ese no era su mayor problema. Corrió hacia la computadora y ahí estaba, el disco duro estaba intacto. Golpeó la zona correcta.

Ya por salir de ahí y encaminarse a la prisión, el celular de Alim comienza a sonar a lo que él se acerca y lo toma sin miedo. Un número desconocido se encontraba en la línea, pero él no habló.