Capítulo 6-Sueños y Pesadillas.

Lucifer se movía de un lugar a otro en aquel portal hacía el mundo de los sueños, parecía que iba a vomitar hasta que finalmente llegó a su destino. En el sueño en el que se encontraba, era un estudio ingles del siglo XIX, con una biblioteca bastante extensa, lamparas de gas y en medio de una noche sombría, en aquel estudio se hallaba un tipo que parecía alguien académico, recitando un extraño poema mientras observaba a un peculiar cuervo de ojos rojos.

—"De un golpe abrí la puerta, y con suave batir de alas, entró un majestuoso cuervo de los santos días idos".

—Raguel tenía razón sobre el mundo de los sueños, este lugar es extraño —musitó Lucifer inspeccionando su alrededor.

—¿Lucifer? ¿Puedes escucharme? —se escucho la voz de Raguel en la habitación—. Estoy usando mi magia para comunicarme contigo.

—Oh, perfecto ¿ahora que hago? —pregunto Lucifer algo confuso.

—Estás en uno de los sueños recurrentes de la chica, tienes que encontrar alguna forma de salir para acceder a otro sueño hasta que te encuentres con el hombre de ceniza o con Sara.

—Bien, parece pan comido —dijo Lucifer confiado—. Oye, amigo ¿sabes cómo salgo de aquí?

—"Entonces, este pájaro de ébano cambió mis tristes fantasías en una sonrisa con el grave decoro del aspecto que revestía".

—¡Oye! Te estoy hablando, no puedes ignorar como si no estuviera aquí —siguió insistiendo Lucifer mientras perdía la paciencia.

—¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la noche plutónica! Y el cuervo dijo:...

—¡Vete al diablo! Averiguare como salir por mi mismo, imbécil —interrumpió Lucifer abruptamente mientras saltaba por la ventana.

Cayo y cayo por un cielo azul pasando a otro de los sueños de Sara, hasta aterrizar en un gran barco, en medio del océano azul, cuando Lucifer se levanto vio como se encontraba en un barco pirata.

Todos los piratas de allí, empezaron a apuntarlo con sus fusiles hasta que de la cubierta del capitán salió una mujer, con cabello pelirrojo y ojos cafés, tenía varios ropajes de hombre, su mirada penetrante transmitía una sensación intimidante y de respeto hacía ella.

—Parece que tenemos a un polizonte en el barco —dijo con sonrisa malvada mientras su tripulación se reía—. Sabemos lo que le pasa a los polizontes: caminaran por la tabla.

—Oh ¿de verdad? —dijo Lucifer levantándose del suelo con una sonrisa burlona—. No suelo golpear mujeres, pero contigo haré la excepción.

Al intentar golpear a la pirata en la cara este solamente la atravesó como si de un fantasma se tratara.

—Lucifer, no eres parte de este sueño, no puedes dañarlos —dijo Raguel desde el exterior.

—¡¿No piensas que debiste decirme eso primero, simplona?! —exclamo Lucifer molesto.

—Es que nunca preguntaste —replicó Raguel, un poco apenada.

Lucifer fue rápidamente sometido y atado para empezar a caminar por la tabla, hacía un océano repleto de tiburones.

—¡¿Qué esperas perro de agua dulce?! —pregunto con un entusiasmo sádico la pirata—. ¡Camina, camina! ¡Es hora de que duermas con los peces!

—Si salgo de esta te pondré en mi lista negra, amiga —dijo Lucifer con una mueca antes de tirarse al agua.

Después de caer al agua, Lucifer volvió a ser transportado a otro sueño, mejor dicho pesadilla. En un campo en medio del bosque y en medio de la noche, se veía una hoguera, estaban quemando a alguien vivo, esa persona era Sara, quien estaba enfrente de algunas personas, que veían a detalle como es que se estaba quemando.

—¡Papa Clemente, Rey Luis! Lamentaran el día en el que se metieron con un heraldo de Dios, yo os maldigo con mis últimas fuerzas —comenzó a amenazar Sara desde la hoguera, como en una especie de trance hipnótico—. El futuro que les espera será desastroso, al igual que yo, arderán.

—¡Oye! ¿Quieres que te ayude? —dijo Lucifer aproximándose a Sara.

Al hablarle de alguna manera Sara reaccionó y salió del trance en el que estaba.

—¡Lucius! ¿Cómo llegaste aquí? —preguntó Sara con un extraordinario cambio de actitud.

—En resumen: es un sueño, yo jamás estuve aquí, es solo parte de tu mente —explico Lucifer con una mentira bastante simple—. En fin, ya que es un sueño baja de allí, tenemos algo importante que hacer.

—¡Ok! —dijo Sara entusiasmada.

Sara mágicamente se desató de las cuerdas y pudo pasar tranquilamente por el fuego ahora que sabe que es un sueño para darle un fuerte abrazo a Lucifer. Esto era similar al fenómeno conocido como "sueño lúcido".

—¡Me alegra que estés aquí! ¿Que quieres que hagamos? —preguntó Sara alegre y despreocupada.