Capítulo: 7

—No te das cuenta hijo: tu matrimonio con esta mujer solo ha traído vergüenza y deshonor a nuestra familia—exclamó el padre de Ares observándome con repudio mientras los ojos de mi esposos estaban destilando ira, rabia e indignación.

—Ares yo pensé... —intenté hablar y su padre me interrumpió.

—Las mujeres no están hechas para pensar. Ubícate. Las mujeres solo deben atender a sus esposos y a sus hijos y obedecer—gritó su padre furioso haciendo gestos con la mano, me asustaba tanto su carácter que temía que me fuera a golpear— a ese hombre al que acabas de insultar es uno de los líderes religiosos más ricos y prominentes del país. No es algo simple lo que hiciste. La vida de tu marido está en juego y si algo le pasa a Ares por tu culpa te mataremos apedreada como ofrenda a nuestro Dios para que nos perdone por todos los oprobios que a cometido esta familia al recibir a una extranjera bajo nuestro techo.

—¡Ya basta! —gritó Ares—Ella no sabía nada, la culpa es mía. Ven hablaremos en privado—tomó mi brazo con rudeza y me llevó furioso a la habitación.

—¿Crees que todo es un juego? ¿Crees que todo gira en torno a ti? —cuestionó enojado.

—Solo quiero volver a casa—murmuré llorando y cubriéndome el rostro.

—Deja de decir tonterías, no eres una niña Key. Eres mi esposa y vas a vivir donde yo viva, adorar al Dios que yo adore y obedecer mis órdenes al pie de la letra! —me gritò tratándome como si yo fuera completamente su propiedad. He sido ya demasiado condescendiente contigo ,incluso has puesto en riesgo mi familia,sus negocios y su integridad ,y también mi honor, pero el próximo error que cometas no te será perdonado. El pròximo error que cometas Keilan va a ser castigado de la forma más ruda que conozco y créeme que no estoy jugando.

—Ares—exclamé y él solo salió de allí enojado tirando la puerta bruscamente mientras yo me quedé llorando. Tenía que encontrar una manera para irme de aquí. También iba a decirle a Ares que su primera esposa había sido la culpable de todo esto y no yo, que lo había hecho seguramente a propósito para ponerme en su contra y para que toda su familia me odiara. Ella no quería que yo me fuera solamente, quería que sufriera y que Ares me odiara.

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Ares tomaba una copa en la terraza cuando su madre se acercò:

—Escuché a tu padre comentándole a tu medio hermano lo que pasó. Si ese imbécil hubiera estado aquí más temprano quizás habría callado a Key o se habría hecho el héroe ante tu padre para quitarte tu lugar. —Ares no respondió nada y continuó tomando.

—¿Sabes por qué te ocurre esto hijo? Estás siendo muy flojo con ese mujer. Se ve que las latinas usan pantalones y les gusta ser quien gobierna en la relación... —continuó la señora

—Qué intentas insinuar—reclamó Ares mirándola con enojo.

—Te estás dejando gobernar por una simple mujer—él apretó su puño con rabia—ya que te casaste con ella y no te quieres divorciar deberías enseñarle quién es el que manda en la relación y no dejar que ella haga lo que se le da la gana, si sigues así te convertirás en la burla de todos. No quiero que todos se burlen de ti, hijo. Hasta ahora siempre has sido un hombre honorable. Enséñale quien manda, enséñale a obedecer, sino es por las buenas por las malas y si no aprende de ningún modo echala de aquí.

—¿Igual que papá te enseñó a ti? —ella bajó la cabeza y se retiró dándose cuenta de que había logrado su objetivo y que su hijo estaba lo suficientemente enojado. Entonces llegó Alin, se acercó y se puso a su lado en silencio.

—Sé que estás frustrado, te conozco mejor que nadie—puso la mano en su hombro—dale tiempo, esa pobre muchacha está enfrentándose a un mundo completamente distinto al que conoce. Sabes que siempre puedes contar conmigo para lo que sea, te quiero—dijo abrazándolo con cariño—Un día esa extranjera se dará cuenta del tipo de hombre que eres, se adaptará a nuestras tradiciones y te amará con la obediencia y el respeto que mereces—agregó mientras él guardó silencio pensativo, con un torbellino de pensamientos en su cabeza. Y la seguridad de que su primera esposa era una buena mujer y que contaba con su ayuda.