Capítulo I

La tarde está sombría, ya casi no puedo escuchar los latidos de mi corazón, veo cómo el mundo se derrumba en este entorno…

_ ¿Qué sucede? ¡No siento mis manos, ni puedo mover las piernas! ¿qué es lo que pasa?, ¿qué me tiene paralizado? ¿es acaso una pesadilla?...

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Mi historia comienza esa fría tarde; iba caminando al gimnasio, (eso lo recuerdo perfectamente); recuerdo también que mi día había sido fatal, el profesor había encargado demasiada tarea y yo me sentía muy fatigado, como si un camión hubiera pasado sobre mí…

También la recordaba a ella; recordaba su aroma, su sonrisa, su forma de expresarse… Pero ¿por qué seguía pensando en esa mujer? ¿acaso ella aun pensará en mí?...

¡De repente el cielo se oscureció y de la nada comenzó a llover!

Empecé a correr como un loco para que no se mojara mi computadora; recuerdo que vi a una chica que estaba llorando, me acerqué a ella, le pregunté si estaba bien…
No respondió, solo me abrazó y me pidió que por favor la acompañara a su casa.

Era alta, ojos cafés, tenía una voz muy dulce; usaba una pulsera roja que combinaba perfecto con sus labios; su nombre era Antonella. Cuando estuvo más tranquila, decidió contarme lo que había pasado: ¡había encontrado a su novio besándose con otra chica! Yo solo la abracé y le dije que podía confiar en mí. Me sonrió con lágrimas en sus ojos, me abrazó, me dio las gracias por haberme detenido ayudarla…

En fin, al día siguiente me levanté para ir a la escuela; me topé a mi amigo Leonel que me vio muy confundido, según me dijo:

_ ¿Qué es lo que te incómoda? ¿Estás bien?

Dejó de insistir y me dio una palmada en la espalda, lo que me sorprendió, ya que siempre está ahí hasta que le cuento lo que me pasa… En fin, no le di mucha importancia.

Luego, en la sombría noche, escuché una voz que me decía con un sonido desgarrado y desesperado: ¿Estás bien?...