Capitulo XI

¡Mabel es tan amable y linda conmigo!, apenas puedo creer que se tome su tiempo de estar aquí, conmigo.

_ Sabes, me encanta estar contigo -dijo Mabel dándome un beso-, no sabes la tranquilidad que siento al estar aquí; ¡si tan solo pudieras hablarme me harías muy feliz!, pero al menos sé que me escuchas… Debo irme o mi madre me matará.

-Ya es hora Mabel, te he dejado más tiempo de lo normal para que pudieras estar con él.

Dijo la enfermera Cloe, al entrar a la habitación.

_ Gracias enfermera, se lo agradezco de verdad; ¡estaba por irme, es tarde y si tardo más mi madre vendrá como loca por mí!

Dijo Mabel.

-Mabel, déjame llamar para qué venga un taxi por ti.

Dijo Cloe mientras sacaba su teléfono.

_ Eres un amor de persona, pero así está bien, mi padre ya viene por mí.

Contestó Mabel.

-Te acompaño a la entrada para que no te interroguen los guardias

Dijo Cloe, cogiéndola del hombro.

- ¡Enfermera, espere!; no sé puede ir, ¡necesito que me acompañe urgentemente a atender un paciente en la planta alta!

Gritó el Dr. Francisco.

-¡Claro, Doctor!

Mabel vete por las escaleras es la única manera de evitar a los guardias… y ten cuidado, Antonella está por aquí como loca, quiere ver a José.

Advirtió Cloe.

_ Gracias enfermera, lo tendré en cuenta.

Dijo Mabel.

………………………………………………………………………………………………...

Esta noche fue muy especial; ¡Mabel me hace estremecer los sentimientos con las historias que me cuenta y me hace sentir mejor…

¡Ojalá pudiera agradecerle lo que hace por mí! Me dedica su tiempo aun sabiendo que es posible que jamás despierte, desperdiciando tiempo que jamás recuperará…

Me gusta su presencia conmigo en la habitación, ¡se siente tan tranquila! Lo terrible comienza cuando me quedo a solas y comienzo a ver y a escuchar que suceden cosas extrañas…