Capítulo 2

La iglesia estaba decorada perfectamente, espero que tanto dinero haya servido de algo. Cuando me baje del auto intente desesperadamente encontrarlo con la mirada, pero no lo podía encontrar.

- ¿Dónde diablo está?

- Siempre tan grosera y hermosa. - se escuchó una voz ronca y sensual hablar tras de mi espalda.

- ¡VINISTE! - grite fuerte, ese moreno bronceado de color dorado ojos grises y destellos azules, quien al pronunciar esas palabras me miraba con una mano abriendo su chaqueta negra del esmoquin y la otra en los labios mientras se reía y me miraba de arriba abajo con picardía.

Abrió sus brazos para recibirme, me abalance contra él con la mirada cómplice y divertida de mi padre y hermano junto al cortejo que estaba llegando.

- ¿Cómo estás cereza? - me apretó entre sus brazos. - Te extrañe, - nos alejó un poco sin soltar el abrazo y nos miramos a los ojos; sus ojos grises de un tono casi azul y los míos marrones se observaban fijos diciéndose cuanto se extrañaron y se desearon reencontrar.

- Eres un idiota, pero te extrañe también. - le dije volviéndolo a abrazar, - ¿Cómo has estado? - y nos fundimos más en un abrazo.

- Lamentamos interrumpir su momento, pero una boda nos espera, - ¡a sus posiciones! - Nos dimos una mirada cómplice y tomamos nuestros lugares para el desfile del cortejo.

entramos en la iglesia con todos los invitados de pie, se cansarán como la ostia, pero ya que no son mis invitados me importa un pedo.

No puedo creer que Thiago este otra vez aquí, fueron dos años en los que hablábamos muy poco por lo ocupado que estaba en su maestría, siempre fue inteligente desde que éramos pequeños, sentí como mis ojos se sentían húmedos.

- No puedo creer que estés casi al llorar por la emoción de que tu hermano se casa.

- ¿Por qué siempre me hablas por la espalda en el oído? ¡Joder! - me hizo señas con la cabeza, en definitiva, era mi turno y estaba ida.

Desfile por el pasillo, mientras el maestro de ceremonias hacia una improvisación por mi tardanza en el desfile; fue algo así como: "La mujer que vale la pena se hace esperar, cuida su belleza y su persona, haciendo notar que es una mujer bella por dentro y por dentro y por fuera; esta representa a la soltera que camina sola por el trayecto de la vida hasta llegar al amor de su vida". ¿Quién quiere estar en esta posición? /Porque en definitiva yo no/.

Los invitados seguían de pie y luego de cinco largos minutos en los que después de la niña de los pétalos entro la novia con su padre; su vestido relativamente blanco perla / ¿quién tiene nombre para los colores? / en un largo corte de sirena con cuello alto delante y la espalda completamente descubierta el vestido llegaba en transparencia hasta antes del busto donde los encajes en puntos de flores daban la sensación de ser copos de nieve sobre su vestido... La cola terminaba abierta desde sus rodillas hasta sus talones y el velo era bordado en las orillas estilo hindú, lleno de copos de flores.

» Y el buque / ¡oh! buque/ elegido por mí, era de rosas blancas con flores amarillo pastel, también tiene pequeños ramos de hojas y helechos; lo elegí porque daban esa perspectiva de lo hermoso y sublime como las rosas pueden nacer y vivir en medio del bosque húmedo y frio; como decía... Me sacaron de mis pensamientos los aplausos de los invitados / ¿en qué momento me perdí en mi misma? /.

Por todo lo que ensayamos sé que primero salen los novios, luego la madre y el padre del novio, luego los padres dela novia, atrás le siguen los padrinos, después continúan las parejas de damas y sus chambelanes y finalmente yo; pero claro está, los pequeños salieron antes; pero qué más da, me muero de hambre y quiero ir a la recepción, lo deseo con ansias abrazar a Thiago y hablar con él, debo de contarle mi sueño, sabrá que hacer.

Luego de la salida, el lanzamiento de arroz; las felicitaciones de los familiares y las fotos a la salida de la iglesia, lo cual me tiene maldiciendo por lo bajo.

Los novios se fueron en el auto que decoran especialmente para ellos con el chofer que era su medio hermano de Bethany, el cual tiene veinticuatro años, el hermano pequeño del señor Teodoro; que dicho sea de paso tiene cuarenta y dos años. Se casó con su secretaria de veintisiete hace quince años, la cual tenía un hijo de nueve años, a quien el señor adopto orgullosamente.

- ¿Vienes? ¿se puede saber que sucede contigo hoy? - pregunto papá, quien me miraba por el espejo del copiloto.

- Nada, es sólo que no dormí bien, - dije con cansancio, pero estaba realmente ajena a todo.

- Es normal que este así cariño, su hermano se acaba de casar; - dijo mi mamá con tono algo triste.

- ¡Gracias Mamá! - Le dije con una sonrisa en los labios, era fácil sonreírle.

- Hemos llegado cariño, - dijo bajando del auto, mientras papá abría la puerta para ella, ni bien entramos a la recepción del salón me arrastraron las chicas para las fotos con los novios.

Cuando pude deshacerme de ellos o mejor dicho ellos de mí, busqué a quien necesitaba, pero no lo encontraba; necesitaba decirle lo que vi.