Capitulo XXV

Keydrien

(presente)

Constantes llamadas me hacen despertar, veo el reloj en la mesa de noche ¡cielos las 11:07a.m., logré dormir y desconectarme del mundo por lo menos unas cuantas horas

Reviso mi celular a ver si tengo llamadas de Carmen o mensajes

NADA

La llamo y lo vuelve a tomar Rebeca

- ¿Qué quieres inepto? -

-Escucharla-

-no te daré el gusto-

Suspiro frustrado

-por favor, Rebecca-

- ¡muérete! -

- ¡eso intento! -

Me cuelga y la vuelvo a llamar

-Hola- la voz de Carmen me hace sentir mariposas en el estómago

Cuelgo la llamada, sin saber que decir y con el corazón casi saliendo de mi estómago, vuelvo a llamar para ver si obtengo el mismo resultado

- ¿feliz? - me cuestiona Rebeca

-gracias, solo dile que la amo-

Se queda en silencio un rato

-no, no lo haré- me dice y me cuelga

Escuchar la voz de Carmen logró calmar un poco de mis ansias, pero no me conformo necesito más, necesito verla, sentir su presencia, quiero sentir las manitos de Ney apretujar mi cara, necesito escucharlos decir que me aman

Me baño y me dirijo a donde sé que la voy a encontrar

-Hola Key- me saluda Mónica  la mamdre de Carmen, en la entrada de su casa

- ¿puedo pasar? -

Suspira y asiente

-ella ya no está-

- ¿puedo pasar? -

Entro y me dirijo a la sala, buscando con la mirada para confirmar que realmente no está, me detengo ante la foto de la ecografía de Ney y varias fotos sobre la chimenea de Carmen

Siento los pasos de Mónica que se acerca y me siento en el sofá, ella llega con una bandeja con té y galletas

-un tentempié en lo que está el almuerzo, está un poco retrasado, pero me gustaría que te quedes a comer con nosotros-

Asiento, hablamos de cómo me va en el negocio, ella hace todo lo posible para evitar el tema de Carmen

-los extraños demasiado-

le digo con el nudo en el estómago que se ha vuelto mi mejor compañero, que hace acto de presencia, nublando mis ojos con las lágrimas que amenazan por salir

-Key, no puedo hacer nada-

-tráemela de vuelta- le pido rompiendo a llorar

-si ella me escucha, si me dedica tan solo unos minutos, la convenceré de volver, debo decirle lo mucho que la amo-

-ella lo sabe-

-pero aun así se fue, me dejó, se llevó mi hijo, me abandono-

Suspira

-las cosas no son así-

-ah no ¿Cómo son?, explícamelo porque no la veo de otra forma-

-Carmen soportó hasta que le dieron las fuerzas-

-la quiero de vuelta, empezar de cero, te juro que seré más cuidadoso-

-no hay nada que hacer, déjala seguir su camino, Key entiende que –

Me pongo de pie muy alterado

-NO PUEDO ENTENDER UNA MIERDA-

- ¿Qué está pasando aquí? – entra Max mi suegro a la sala cuestionando con el ceño fruncido

-Quiero hablar y ver a Carmen, quiero ver a Ney, los necesito, necesito besarla y escucharla decirme que estaremos bien, quiero sentir las manitas de Ney acariciando mi rostro, quiero revolver sus rulitos-

Me pego a la pared y voy bajando al piso abrazando mis rodillas

-díganme donde están, díganme como la puedo volver a traer-

Escucho unos pasos arriba, los miro y ellos me miran desconcertados, me pongo de pie rápido y me apresuro a subir las escaleras, Mónica y Max me gritan y me agarran evitando que suba, pero estoy como un poseso, no me pueden detener

-Carmen- toco la puerta de su habitación, muevo el pomo intentado abrir, puedo escuchar sus pasos adentro

-Carmen abre la puerta-

Toco desesperado, me pego tanto a la puerta que la mojo con mis lagrimas

-Carmen por favor abre-

-Hijo ellos no están- me agarra Max por lo hombros intentando alejarme

Me zafo del agarre y vuelvo a tocar

-no me iré hasta que me abras y tendrán que salir de ahí-

-hijo, ya te dijimos que no están-

- ¿Cuál es el maldito afán de todo el mundo de mantenernos lejos?, ¿Por qué no me dejan luchar por ellos?, ¿Por qué tantos obstáculos para que podamos estar juntos? -

-hijo, ven tranquilízate-