Día 883.

Sus ojos azules me miraban con intensidad.

Esos ojos que me derriten incluso en sueños.

Sus caricias, sus besos... Él.

Pasan los días y no dejo de pensar en él.

Lo extraño, lo necesito, lo quiero, lo amo. Mi corazón pide a gritos que regrese para estar con él, pero mi cabeza lo contradice.

¿Qué hago?

¿Qué hago si no me lo puedo sacar de mi corazón, de mi mente, de mi vida?

¿A quién debo seguir?

Daryl, fue parte de mi pasado y ahora es parte de mi presente así como de mi futuro.

Daryl, ¿por qué estás tan atascado en mi pecho que no te puedo sacar?

Quisiera olvidarte, pero no puedo y tampoco creo que lo vaya poder lograr nunca.

No sabes cuanto odio amarte de esta manera. Lo odio. Lo odio porque duele. Duele tanto que a veces no sé qué duele más si tu ausencia o las heridas superficiales del bosque.

El amor es el sentimiento más horrible, traicionero, irreverente e irrevocable que el universo pudo crear.

El amor, es la peor de las enfermedades. Tóxico e incurable. Es la peor de la drogas. Terriblemente adictiva y mortal.

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