27- Reencuentro.

Observo al grupo mientras eligen una mesa y deseo que sea una lejos de la nuestra, suelto el aire al ver que eligen una al otro lado del salón, veo como cada uno centra su atención en el menú pero de repente como si la estuviese llamando ella voltea y nuestras miradas se encuentran por un momento. Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios y mientras le dice algo al hombre que la acompaña, veo que se levanta y para mi disgusto viene hacia donde nos encontramos.

La veo caminar y mientras lo hace, algunos de los hombres presentes la observan mientras cruza la estancia, así que antes de que llegue a nuestra mesa, me centro en el menú y sé cuando está a mi lado porque mi cuerpo reacciona de una forma extraña.

-Caín.

-Elisa. Digo sin levantar la mirada hacia ella y sé que en ese instante me estoy comportando como una idiota. Oigo como ella saluda a mi compañero y luego se dirige a mi otra vez.

-¿Como te encuentras de salud?

-Bien. Suelto y sé que mi mal humor es por lo que Roberto me acaba de decir de ella y su médico.

-Me alegra ver que estas mejor. De repente y sin ningún otro comentario los tres nos quedamos en un silencio incómodo.

- Volveré a mi mesa, que sigas bien. Hasta luego Roberto.Oigo como se despide y se aleja.

-Caballeros sus comidas. Anuncia el camarero y veo como acomoda nuestros platos.

En este momento, decido observar el camino por donde esa mujer se alejó y la veo llegar a su mesa para seguir con cualquier tema que hubiese dejado antes de venir hacia acá. Me dispongo a dar el primer bocado a mi plato y trato de obviar el hecho de que me siento extraño de saber que ella está aquí, así que trato de buscar una conversa con Roberto, pero este no está muy colaborador hasta que me reprende por mi anterior comportamiento.

-Te comportaste como un cabrón.

-Otra vez con lo mismo. Intervengo.

-Si, otra vez. A ver Caín esa mujer vino hasta aquí a saber como sigues de salud y tú la trataste como un imbécil. Yo fuera ella y te mando a comer mierda en un 2x3.

-Que bueno que no eres ella. Aunque en este preciso momento pareces una mujercita reprendiéndome de no haberla saludado. Ella es quien debería de disculparse conmigo, por no contestar mis llamadas, quizás ya tiene alguien con quién salir, no lo acabas de decir tu mismo. ¡Así que mantén esa boca cerrada porque no sabes nada!.

-Así que por eso estas enojado. Dice y mientras engullo un bocado de mi asado, el me mira detalladamente. No le contesto, pero sé que el hombre calvo que se encuentra a mi lado, y quién es como mi hermano, debe saber todo lo que ocurrió esos días entre ella y yo, desde el fin de semana con su familia hasta lo ocurrido en el apartamento con Yeni y Rosa.

-¿Que ellas qué? Dice deteniendo su bocado de comida.

-Que ambas llegaron a saber de mi y Elisa estaba allí.

-¡Santa mierda! ¿Y qué mas ocurrió?

Le comento todo con lujo de detalles y el muy maldito en todo momento se burla de mi.

-Es que ni debió de haber venido a saber de ti. O mejor si, con un bate de béisbol y golpearte por ser tan cabrón.

-Sé que me comporté como un idiota pero no pensarás que vaya a su mesa y me arrodille a pedir su perdón, estas como loco.

-Deberías Caín. Después de lo que hizo por ti deberías de hablar con ella y explicarle. Antes de que... Antes de que te la quite el médico o ese tipo de allá.

Veo como toma de su jugo y me señala para que observe el lugar donde Elisa está. Observo donde ella se encuentra y veo al menos 5 mujeres, y la misma cantidad de hombres... Uno en específico y que en este preciso momento está tocando su rostro y dejando un mechón de cabello detrás de su oreja, así que ante este hecho me contengo de no ir y partirle el brazo por su osadía.

-¿Y bien?

-Ella es mayor de edad y sabe lo que hace. Además después de ese día traté de llamarla y no contestó. Repito mientras me enfoco nuevamente en la comida, que ya no me llama la atención.

-Quizás fué por que le robaron el móvil. Me hace saber y caigo en cuenta de que es cierto. Lo robaron ese día en el terminal con sus demás cosas.

Caín El Maldito Baptista.

-Hay que terminar de comer rápido tenemos que irnos antes de que se nos haga tarde. Digo porque si no me voy en este momento, iré hasta allí y la sacaré de este lugar.

-Aún tenemos tiempo, además no has terminado.

-Claro que sí. La comida no está muy buena y el apetito se me quitó.

-Allá tu. Dice este mientras lo veo devorar su comida. Yo mientras tanto, termino el jugo que es lo único que me apetece, pero al terminarlo y mientras Roberto comienza por sus papas fritas no puedo evitar desviar la mirada para la mesa donde está Elisa, y al hacerlo veo que en este momento están sirviendo su mesa y al colocar el plato frente a ella no se me escapa la forma en como lo vé, así que veo el pequeño plato pero no logro distinguir que le sirvieron hasta que el hombre a su lado toma un trozo de algo parecido al pollo y se lo ofrece.

Mierda. ¿Es que está loco? ¿O acaso no sabe que ella es vegetariana?

Sigo observando su gesto y no se me escapa que esta mas blanca que de costumbre y espero que ese hombre no se lo ocurra hacer que ingiera un poco, porque de lo contrario no se que pasaría. Veo que ella se tapa la boca y niega pero ese imbécil sigue insistiendo para que ella logre abrir la boca y coma. Después de eso, veo como ella se levanta y sonríe a modo de disculpa y se dirige al baño, así que sin pensarlo dos veces me levanto y voy hasta donde acaba de desaparecer ignorando en todo momento las palabras de mi amigo.

Al llegar allí el letrero DAMAS me frena, pero solo por un momento, porque sin importarme quién este allí dentro, me abro paso al interior y me sorprendo que el lugar este vacío en comparación a algunos baños que en su mayoría, se encuentran siempre repleto de mujeres.

Una vez dentro, me dirijo hasta el cubículo donde salen unos familiares ruidos y una vez allí en frente espero unos minutos, hasta que una tiempo después estos cesan. Oigo el seguro de la puerta y enseguida un rostro rojo por el esfuerzo de vomitar se sorprende al verme.