22. Clases

Después  de dos largas horas, en la que Usher no para de hablar de cosas sin importancia y de varias notas la clase de Ronan finaliza

Al salir tenemos algo así como un descanso de 30 minutos, en los cuales yo me encontrare con Brent y Declan, he notado que los quiero bastante, Declan me hace reír con sus comentarios sarcásticos y Brent siempre me cuida, me doy cuenta de que Usher me ve

— ¿Que sucede? —  no es que me desagrade por completo pero lleva toda la clase viéndome y haciendo que me sonroje

— Nada Medea—  sonríe pero por primera vez no es una sonrisa burlona —  solo que no digas de que hablamos

— Bueno hablamos de muchas cosas, o más bien tú hablaste de muchas cosas,

— Ja, creí  que no estabas prestándome atención

— Lo hice —  Ronan salió del salón para planear su siguiente clase , así que  ahora estamos solo algunos pocos en el salón, me quedé porque Usher por estar hablando toda la clase no tiene los apuntes completos, así que le preste mi libreta para que pase los apuntes a la suya

— Como sea—  me regresa la libreta —  No digas nada de lo que te conté, nos vemos en la otra clase —  sin darme oportunidad de contestar él se levanta y sale del salón

— Claro Usher y de nada por prestarte mi libreta—  me levanto y salgo del salón con dirección a la sala de descanso, en esa sala solo hay sofás y una gran chimenea es para que los alumnos puedan descansar entre clases, cuando llego logro distinguir  a Brent, así que me dirijo a donde él y Declan — Hola

— Hola —  Brent se levanta y me abraza, Declan también lo hace

— Hola Medea —  Brent me sonríe—  ¿Qué tal las clases? —  le cuento un poco de lo recuerdo, evitando que Usher estuvo a mi lado en la clase de Ronan

— Que interesante—  Brent se ríe —  Declan casi se queda dormido en la primera clase —  algo que he notado es que de ser para nada amigos, ahora Declan y Brent se llevan muy bien, incluso diría que Declan es algo así como su confidente masculino, algo muy raro y que no creí  que pasara

— ¿Enserio? —  Me río también—  Si estás así el primer día solo imagina en algunos años —  en esta academia solo tenemos un día de descanso que es el sábado, los demás días tenemos que asistir a clases

— Uff ni me lo recuerdes Medea, estaré muriendo de cansancio —  Nos reímos

Pasamos el tiempo comentando sobre lo que hemos aprendido y de quienes podría  ser buenos amigos o aliados, el tiempo en realidad se me pasa volando 
Me sorprendo mucho cuando suena la campana que indica que el tiempo de descanso a terminado

— Vale, no quiero regresar a clases, y eso que es el primer día—  nos reímos y Brent toma a Declan por el brazo para hace que se levante,  la mayoría de clases que comparto  es con Daisy, hablando de ella me la encuentro en el corredor

— Te esperaba Medea—  en estos tres días ella me ha mostrado y explicado cosas que son completamente normales en el mundo mágico y que no tanto en el mundo normal por así decirlo, como lo de los esclavos, a mí mi madre siempre me enseñó que las personas merecen ser libres y tratados con respeto, no todos pero si la mayoría, y en el mundo mágico se te enseña que es bueno tener esclavos que te faciliten la vida, a los culés se les puede dar el trato que desees, con lo cual no concuerdo pero no puedo cambiar siglos de costumbres
También  lo de los desertores de aquelarres, por ejemplo la bruja que conocía, la que fue juzgada y condenada, a la que ayude a que muriera sin dolor, se supone que sí poco a poco existen más desertores dentro de un aquelarre eso llega a suponer la desaparición de este,  ya que sin miembros que lo defiendan y pongan de su parte en él, es más fácil atacarlo y acabar con el legado, en realidad son muchas cosas nuevas , y me sorprende mucho que Daisy tenga tanta paciencia para explicarme cada cosa a detalle de manera profunda, según  ella esto lo hace porque al no estar mi aquelarre conmigo o para guiarme es mejor que yo esté muy bien informada sobre lo que pasa en el mundo mágico, para poder defenderme y afrontar con cara en alto los problemas que puedan aparecer

Entramos a la última clase, en esta estoy completamente segura de que nunca estaré cómoda, razón principal del porque es que la profesora es de mi aquelarre favorito, aja el De'Ath, por obvias razones también hay varios miembros de este mismo, lo que me incomoda, pero Daisy me ayuda a no sentirme tan mal

— Buenas tardes señores—  dice la profesora, es casi igual a todos los integrantes que he visto, alta cabello negro piel pálida y ojos grises—  Reglas de mi clase, no pueden salir o hacer algo dentro del aula sin mi permiso, no pueden llamarme nunca por mi nombre, solo por mi apellido para ustedes soy la señora De'Ath, deben tener un buen comportamiento ,de lo contrario haré que sean cambiados de clase, poner atención a todo lo que digo —  su salón es más lúgubre, tiene  velas de color negro , y se nota que no le agrada mucho la idea de que alguien entre en su salón sin su permiso, incluso si es para limpiar, el techo está lleno de telarañas

— Pues sí que me gusta la clase —  me susurra Daisy, yo solo sonrió a su comentario sarcástico

— Y para finalizar un consejo , aprovechen las clases, si saben que no lo harán—  extiende su mano y la puerta se abre—  pueden salir y no se molesten en regresar—  nadie se levanta— Muy bien, empezaremos con la historia de las posiciones, me centré en las pociones nocivas o por el contrario las curativas —  hace una sonrisa que me da poca confianza y saca un frasco con un líquido dentro, es de color verdoso, nos señala una maceta que tiene sobre su escritorio —  Así de fácil se puede acabar con algo —  toma un gotero y lo introduce en el frasco se agua verde, seguido de esto echa el líquido en la planta , sorpresa que la reacción que tiene la planta es comenzar a quemarse de las hojas y a secarse, algo así como si dejaras una planta por más de un día bajo el sol, sin agua, en el salón muchos hacen caras de sorpresa, me incluyo—  También se puede arreglar—  saca un frasco con agua café, y hace lo mismo, saca con el gotero y se lo pone a la planta , esta se lenta y parece más hidratada—  Solo que es más fácil matar que crear y arreglar —  Guarda los frascos y nos pone a anotar y memorizar los ingredientes para la pócima buena, la que no acaba con la planta