Pelea

POV Yessica

Decido quedarme en este cuarto para esperarlo aquí entonces, se lo comento a Charlot y ella sale a ver la pelea con Fred sin refutar.

Yo me pongo de rodillas y oro—Dios mío, guía en esta pelea a Scott y ayúdalo Señor a que no salga demasiado herido—digo comenzando agolparse las lágrimas en mis ojos—que esta pelea pueda terminar de la mejor manera posible y yo pueda llevarme conmigo a Kevin—termino con estas palabras y me siento en la camilla.

En eso pasan como 40 minutos en los que solo estoy aquí esperándolo, pero no llega—¿tanto dura el combate? —susurro impacientándome.

—Mejor lo espero de pie—pienso parándome y doy vueltas de un lado a otro para liberar un poco de tensión—oh realmente estoy angustiada, quiero saber que está pasando—salgo y cruzando el mar de personas no sé cómo, pero logro llegar cerca del ring.

Escucho que el presentador dice que ya ha terminado la pelea con el gran Malón de ganador y fijo mi vista hacía el ring, pero no lo veo entonces, logro vislumbrar a Fred hablando con ¿Antonio?

Dudo unos segundos, pero después decido acercarme ignorando a la persona que está a su lado.

—¿Y tú qué haces aquí fuera? —me dice Fred al verme—ven conmigo antes de que Scott me mate—asevera tomando mi mano.

Salimos del gimnasio y vamos al estacionamiento donde veo a Scott de cuclillas hablando con mi hermano frente a su jeep.

—¡Kevin! —vocifero soltando la mano de Fred.

—¡Yess! —exclama cuando oye mi voz y viene corriendo hacia mí con una sonrisa.

Me agacho recibiéndolo con un fuerte abrazo—¿estás bien? —le pregunto y asiente con la cabeza.

Nos dirigimos hacia Scott quien nos observa sonriendo—gracias—le dije simplemente.

—No es nada—responde y me percato de que se cambió la camiseta y que no tiene ni un solo golpe en el rostro.

—¿Están bueno? —pienso mirándolo fijamente para ver si tiene, aunque sea un corte, pero no, nada.

—¿Acaso crees que no me defendería en el ring? —dice cuando se percata de mi mirada—. Por algo me llaman el gran Malón.

—No seas engreído—lo golpeo ligeramente en el hombro.

—Auch—exclama pasando su mano en el lugar.

—No exageres—digo sonriendo y él también sonríe devuelta.

—Ejem—escuchamos y volteamos el rostro viendo a Fred a nuestro lado con Kevin mirándonos—siento romper su burbuja, pero tengo que conversar algo contigo Scott—expresa e inmediatamente Scott se pone serio y se van como a unos metros de nosotros a hablar.

—Yess, ¿él nos llevará a casa? —pregunta Kevin señalando a Scott.

—No iremos a nuestra casa por ahora a menos que...—exclamo razonando en que es mejor mudarnos yo y mamá a otra parte donde Richard no nos encuentre, pero solo está en convencer a mi madre y conseguir el suficiente dinero para salir.

—Si todo fuera más sencillo...—digo internamente y refreno de inmediato ese pensamiento pues, a Dios no le gusta que nos quejemos y la verdad es que la situación podría ser peor.

—Ya vámonos—articula Scott entrando al vehículo con cara de pocos amigos y yo le abro la puerta a Kevin para que se siente en los asientos de atrás y entro también sentándome a su lado.

Él entonces, conduce hacía la casa en completo silencio y nosotros asimismo nos mantenemos callados.

Al llegar a la casa me llevo a Kevin a mi habitación, lo acuesto y bajo a la cocina para beber un poco de agua.

Cuando estoy en la cocina veo a Scott sentado en el desayunador con una cerveza en la mano.

—Pensaba que te habías ido a descansar—le digo y él se queda mirando la cerveza de forma pensativa—¿sucede algo Scott?—pregunto ya que ha estado tan silencioso.

Él levanta la vista y lo posa sobre mí—¿no eres virgen? —cuestiona y yo frunzo el ceño.

—¿Por qué preguntas eso?

—Antonio vino al gimnasio a hablar conmigo cuando se enteró que Richard lo había engañado por lo que, él quería que te devolviera diciendo que me daría a otra que si lo sea antes de que pidiera un reembolso. Todo eso se lo comentó a Fred para que él me lo dijera a mí—dice de manera neutral.

—¿Y qué respondiste? —expreso nerviosa.

—Pues, no le he respondido aún.

—Tu... ¿quieres devolverme?

—No quiero hacerlo—articula y se pone de pie.

—Entonces, ¿por qué estas molesto? —no pude evitar preguntar.

—Richard se lo dijo a Antonio cuando estaba borracho, diciendo que no la disfrutaré como él lo hizo porque ya has sido usada—manifiesta y fija sus ojos en la cerveza que está en el desayunador—Antonio decía que no lo sabía hasta que se lo dijo pocos días después pero la razón de que estoy molesto es porque él te haya tocado y tu...¿lo consentías?

—Si realmente quieres saber la respuesta es no.

—Pero si es así, él...—dice y yo respiro profundo para tomar valor.

—Él iba todas las noches a mi cuarto, al principio solo lo hacía cuando estaba borracho, pero después no. Me daba pastillas anticonceptivas y decía que tenía que bebérmelas, lo hacía pues, él no usaba condones porque no lo podía disfrutar igual me comentaba—Scott vuelve a tomar asiento en el desayunador y yo me siento a su lado—mi madre en una de esas noches se levantó a beber agua y escuchó ruidos en mi cuarto.

Ella entró a la habitación y nos vio en pleno acto entonces gritó de horror. En ese momento Richard se levanta como si nada y mi madre se acerca a mi dándome una bofetada.

—¿Por qué me golpeas? —le dije y ella contestó—por haberlo seducido—yo solo quise llorar.

—¡Pero no es así! —vocifero.

—Ja,ja,ja, mejor las dejare solas. No olvides tomarte las pastillas anticonceptivas—expresa señalando con el dedo las dichosas pastillas que lanzó a la cama.

Se va y mi madre me observa fijamente—que no se vuelva a repetir y más te vale que te las bebas—articula para luego marcharse y entonces derramo mis lágrimas cuando ya estoy sola.

Después de un par de días me percaté de que se dañaron los anticonceptivos que yo guardaba en mi mochila de la escuela. Se habían mojado con mi botella de agua que guardaba dentro de la mochila también y no tuve el valor de decirle a Richard por temor a como respondería en consecuencia por mi descuido.