Prefacio

Midgadriel es un mundo gobernado por ocho naciones. Ocho potencias que mantienen en equilibrio el mundo uniendo sus fuerzas. Fuerzas en las que no se incluyen la economía, ideologías políticas o posiciones sociales —aunque esta última sí podría influir a la hora de demostrar sus poderes los unos contra los otros. Sin embargo, la paz ha reinado por muchos años y nadie ha querido quebrantarla.

Ese equilibrio se sostiene gracias a las familias reales y sus maravillosos dones. La realeza es poseedora de habilidades excepcionales, o como ellos las llaman: wunderments. Ellos son los únicos que pueden controlar los elementos, no obstante, las naciones sólo pueden manipular uno, más no otro. Cada nación posee un wunderment que los distingue.

La nación de Aqueser. Controladores del agua. Todo lo que tenga que ver con este líquido vital está bajo su control.

La nación de Windrinka. Son los creadores de las frescas brisas de primavera y de las heladas ventiscas del invierno.

La nación de Flebernem. Todo lo que tocan con sus manos arde en las llamas.

La nación de Borderthland. Tierra de los originadores de los devastadores terremotos.

La nación de Sthaliver. Responsables de la creación de toda arma elaborada a base del metal.

La nación de Tragerlight. Rayos, relámpagos y truenos predominan en esta tierra donde reboza la energía eléctrica.

La nación de Helligkshine. Reino de la luz, la belleza y los milagros. Denominada como la ciudad de los ángeles.

La nación de Zerstodow. Región de la oscuridad, el sufrimiento y las maldiciones. Mejor conocida como el imperio de los demonios.

Todas han vivido en completa armonía gracias a que las naciones se necesitan entre sí y eso se debe a que existen elementos que no tienen un origen propio, deben ser frutos de una mezcla, como el bosque, el cual se obtiene al fusionar el agua y la tierra.

Debería haber nobles que puedan controlar los wunderments que no tienen un origen propio, pero una regla lo impide: "La sangre real no se mezcla con otra". Los miembros de las familias reales tienen prohibido relacionarse amorosamente con los de otros reinos, todas tienen que venir de un sólo linaje. Si se es del wunderment de fuego, siempre será de fuego. Nunca un extra, nunca un cruce, nunca te enamores de alguien que no sea igual a ti.

Han existido personas con un cruce de wunderments, nobles con sangre híbrida, conocidos como hibrixters, pero sus presencias en el mundo no estaban permitidas porque se creía que era un mal presagio para Midgadriel, ya que eso significaba nuevas naciones, nuevos poderes y habría un desequilibrio total en el mundo.

El surgimiento de los hibrixters fue el gran detonante de una guerra mundial hace muchos años, ya que existía una cruel ley que dictaba que debían ser ejecutados. Hubo naciones que se opusieron a dicho estatuto, reinos que se unificaron para abolir esa ley: Helligkshine, Aqueser, Tragerlight y Windrinka. Lo cual generó la ira de las otras cuatro naciones: Zerstodow, Flebernem, Borderthland y Sthaliver, las cuales respaldaban ese estatuto para que no se mancharan las sangres reales. La disputa llegó a su fin con un acuerdo:

"La generación de hibrixters de ese periodo sería ejecutada, pero en caso de haber otros en un futuro, se les dejaría permanecer con vida. No obstante, serían desterrados de las familias reales. Obligados a vivir con los campesinos hasta caer en el olvido. A ser ignorados como si fueran adefesios de la sociedad".

Y aquí estoy yo, una hibrixter de Aqueser, controladora del agua, cuyo padre o madre fue un noble de la familia real de Windrinka, porque también puedo manipular el viento, quien vive en el exilio con los campesinos, un adefesio de la sociedad.

Un extra

Un cruce

Un fruto de un amor desigual.