El Hospital Estatal

La mañana siguiente era crucial, era el día en que Naty y BLAIZE comenzarían su misión de buscar pruebas para desenmascarar a la empresa de talentos “Starts”. Ambos, ahora actores en una farsa se preparan para ejecutar este complejo plan.

— Un amigo trabaja en una tienda de electrónica. Allí venden cámaras de vigilancia lo suficientemente pequeñas para ser ocultas, incluso en un bolígrafo — Habló Bastián mostrándole el objeto mencionado a la enfermera.

— Cuando lo vi, pensé que tal vez nos serviría para grabar voces o imágenes si encontramos alguna prueba contra la empresa. — Pronunció muy seguro.

Natalia asintió, tomando el bolígrafo y examinándolo. Era asombrosamente discreto.

— Es una buena idea, Bastián, pero dudo que André o Ken dejen algo incriminatorio al descubierto, o que hablen de sus... secretos en voz alta en las oficinas. ¡Son demasiado listos!

Se mordió el labio, pensativa.

— Quizás lo que necesitamos no es un gran secreto, sino muchas pequeñas piezas. Como enfermera, aprendí a buscar patrones, a notar cuando algo no encaja en la rutina. Podríamos observar el movimiento del personal; quién entra a qué oficinas, a qué horas, si hay gente que parece estar siempre en segundo plano. Por lo que sabemos de Starts, venden a las actrices a personas millonarias. Cuando una persona importante aparezca en las instalaciones de la empresa, podemos intentar escuchar sus conversaciones, de la misma forma que descubriste que Starts quería vender a Lizz, pero esta vez con mucha más cautela. O incluso buscar entre los documentos desechados que no parezcan importantes. A veces, la información más valiosa está en lo que nadie cree que es una amenaza.

— Me parece una idea ingeniosa… ¿Naty, estas lista para actuar? — Cuestionó Bastián con una sonrisa perspicaz en su rostro, un brillo cómplice en sus ojos avellanados.

— Estoy lista, BLAIZE— Respondió Natalia con la misma perspicacia que su compañero.

Ambos jóvenes llegaron a las instalaciones de la empresa de talentos, listos para la acción. El mármol pulido y las obras de arte contemporáneo intentaban disfrazar la fría eficiencia del lugar.

— Naty, ¿puedes acompañarme a mi oficina? Tengo que pedirte algo muy importante —Anunció Ken Drive, con una sonrisa que Natalia catalogó de “sospechosamente amistosa” en su rostro.

Un terror frío invadió a Natalia. ¿Quién más estaría en esa oficina? ¿Qué querían pedirle específicamente a ella? Su mente corrió a los posibles y oscuros escenarios.

En ese instante, Bastián la tomó del hombro. Su toque fue un alivio instantáneo, una confirmación silenciosa de que no estaba sola, de que alguien cubría su espalda. Al mismo tiempo, deslizó discretamente el bolígrafo con cámara y micrófono oculto en la mano de Natalia, esperando que quizás pudiera grabar una prueba clave para su investigación.

Bastián miraba cómo Natalia se alejaba a paso lento hacia la oficina de Ken. En ese preciso instante, Brenly Johns, un magnate y accionista clave de la industria del entretenimiento, llegó al lugar. El actor vio en ello una oportunidad. Extrajo un segundo bolígrafo idéntico, que había guardado para sí mismo, y pensó que tal vez podría espiar sus conversaciones para encontrar pruebas... tal como aquel día, antes de su accidente, cuando, sin saberlo en ese momento, descubrió la verdad sobre Starts y todo había salido muy mal.

Mientras tanto, en la oficina de Ken, Natalia seguía ansiosa por saber qué era lo que necesitaban pedirle. Su inquietud se disparó cuando el representante cerró la puerta de la oficina y se dio cuenta de que no había nadie más con ella. Su corazón martilleaba en su pecho, anticipando lo peor.

— No quiero que nadie escuche para no hacer quedar mal a la empresa, pero… —Comenzó Ken, su voz bajando a un tono confidencial.

Natalia pensaba en el peor escenario posible. ¿Iban a revelarle algo turbio? ¿A involucrarla directamente en algo ilegal?

— Como sabes— Continuó el representante.

— La nueva serie de Starts que tú, junto con BLAIZE, protagonizan, es una serie con temática de médicos y problemas que pueden surgir en áreas hospitalarias como emergencias, traumatología, incluso neurología. Nosotros no tenemos mucho conocimiento técnico de medicina y sabemos que cuando eras empleada del Hospital Estatal trabajabas en el área de emergencia y muy brevemente en neurología. Así que la producción de la serie te pide que si puedes ayudar con la terminología de ciertas enfermedades, procedimientos o medicamentos para que sea más creíble el proyecto. ¿Puedes hacerlo?

— ¿Eso es todo? —Preguntó Natalia, producto de su sorpresa, con su voz apenas un susurro.

— Sí. ¿Puedes hacerlo? —Inquirió Ken, con una ceja ligeramente alzada, notando quizás un matiz extraño en la respuesta de la nueva actriz.

— ¡Claro! —Mencionó la enfermera, con la voz aún incrédula, pero con una frustración oculta. Había esperado algo más, algo tangible, algo que confirmara sus peores temores sobre la trata. Pero no, solo era una trivialidad de producción, una forma más en que Starts usaba su vida pasada para sus propios fines superficiales.

“Espero que Bastián descubra algo”. Pensó, la decepción pesándole en el pecho.

Mientras Natalia se encontraba en la oficina de Ken, la atención de Bastián se fijó en la figura imponente de Brenly Johns. El magnate, conocido por su ojo para los negocios y su reputación despiadada para estos, estaba de pie junto a un grupo de ejecutivos de Starts, cerca de una de las ventanas panorámicas. Era el momento. Bastián se acercó discretamente, fingiendo revisar unos documentos en una mesa cercana, su bolígrafo-cámara activado.

— ...Y, sinceramente, el capital que hemos movido para la serie "Proyecto Romance" no es trivial —La voz de Johns era grave, con un tono de impaciencia que trascendía el volumen normal de una conversación de oficina.

— Mis accionistas no están invirtiendo para una caridad. Necesitamos ver un retorno sobre la inversión claro y contundente. ¿Puedo confiar en que Starts está maximizando cada recurso para asegurar la rentabilidad que me han prometido?