Prólogo

Sentía que me sofocaba. 

Sentía el ardor de mi corazón incendiando todo mi ser. 

Las lágrimas no dejaban de caer de mis ojos, ya no podía controlarlo, simplemente se resbalaban por mi mejilla como si pudiesen deshacerse de todo el dolor que sentía mi corazón. 

Pero nada podía hacerlo. 

Nada podía detener mi dolor. 

Él me había destruido. 

Había tomado mi corazón de mis manos y lo había hecho añicos. Lo había destrozado justo frente a mis ojos, sin pudor alguno. Porque estar junto Amir Cromwell significa una condena. 

Él es del tipo de persona que solo debes mirar y huir. Su belleza podría ser encantadora, con aquellos cabellos rubios cenizos, o aquellos orbes grises que se oscurecen cuando la noche cae sobre ellos, revelando todas las mentiras que yacen dentro de ellos, porque de eso se basa su existencia, eso es lo que más lo caracteriza, porque no existe hombre en la tierra que pueda destruirte con tan solo una mentira, pero Amir puede hacerlo. Él puede decirte la mentira más hermosa que tú jamás oirás y es suficiente para estar a sus pies. 

Pase de ser la chica pobre a convertirme en la esposa de un hombre adinerado con solo una mentira, sin saber que el peso de esa mentira sería suficiente para acabar con la realidad que yo conocía.