Tintes de Otoño ©

Los colores de la vida...

Caminaba por el sendero del parque, el cual me mostraba con atención los vivos colores que brillaban, cuando mis ojos daban con ellos, resplandeciendo de alegría cada uno de sus escenarios; como el verde intenso de las plantas y el césped, el poderoso azul del cielo con sus nubes blancas, el amarillo incandescente del sol, la variedad de flores rosas y lilas... ¡y el naranja de las mariposas!

El sol resplandecía encima de mi cabeza, siempre me percataba que, en verdad, no estaba sola, me hallaba en compañía de estos hermosos colores que toda la eternidad me dejarían apreciarlos, como un cuadro mágico que podía moverse, cambiar y brillar por cuenta propia. Para dejarme formar parte de ellos.

Nunca importó cuán gris estuviese mi día, un vistazo y una caminata por el atajo que se encontraba en el parque, animaba a cualquiera que tuviese la vista abierta a nuevas expectativas, a aquellos que apreciaran el arte de la mismísima vida.

No sólo el humano hace arte, la vida comenzó a hacerlo mucho antes, pintando el destino. Decorando con tintes al mundo. Con cada paso que daba, mi ánimo subía un escalón más hasta alcanzar al sol, llenándome de luz como ¡nunca, jamás!

¿Eso era la vida? ¿La muerte? ¿Su neutro o su todo?

No tenía idea y tal vez nunca fuese capaz de saberlo.

Colores...

Si alguien me conoció, conoce o conocerá y escucha esa palabra, les será incapaz no acordarse de mí.

Porque los colores me definen.

Porque los colores me crearon.

¡Porque soy el tinte!

Porque todos desbordamos colores, tonos que terminan definiendo nuestra persona, que nos terminan desarrollando. Nuestro color favorito termina representándonos, queramos o no. Por ello nos inclinamos a un color en específico, porque nos reflejamos en él. Porque ese color nos hace querer. Ese color nos transmite algo que algún otro es incapaz. Por eso muchas veces, el color favorito varía desde la niñez, hasta el resto de la vida.

Lo importante es saber combinar los colores, como no todos combinan igual no congeniamos con todos. Es importante saber mezclarnos con algún otro color, conocer el de la otra persona y poder descubrir si es la adecuada o no.