Capítulo 17

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Vete. Esa era la única palabra que podía pronunciar en ese momento. El pelinegro me miraba como si estuviera a punto de romperle el corazón nuevamente, pero no podía permitir que se metiera en este problema. Jungkook estaba lleno de enojo, dolor y probablemente empezaría a decir cosas realmente horribles en cualquier momento.

— No te dejaré sola con él – contestó Jimin igual de molesto.

— Jimin vete. – le rogué. – vete.

— Hana… - sus labios no habían esbozado ni una palabra, pero sus ojos ya me habían dicho toda la historia. Estaba dolido. – yo…

— No. – dije – regresa a casa. – enredé mis manos del nerviosismo, me sentía mal, sabía que estaba mal. – adiós. – me giré sobre mis talones, pero la mano de Jimin había sido más rápida y me había detenido.

— Hana - me deshice del agarre y me decidí enfrentarlo. - No te mereces esto, vete de aquí. solo hemos salido un par de veces. No necesito un “novio protector” en estos momentos. – dije en un tono sarcástico. Le había dicho eso a Jimin, a uno de los chicos más amables y lindos que había conocido. Lo único que pedía era que no me odiara tanto.

— Bien – dijo dándome la espalda y yéndose por donde habíamos llegado. Me partió el corazón. Tenía las emociones a flor de piel.

— Ahora – dije refiriéndome al castaño vestido de negro que estaba en mi portal. – lárgate tú también.

— Pobre chico, que lastima me da.

— No sabes nada así que cierra la boca.

— ¿Jimin se sentará con nosotros de hoy en adelante? – preguntó. – Jungkook se abalanzó sobre mí con rapidez. Su imponente figura se aseguraba que no me pudiera mover con facilidad. Sentía como el vapor proveniente de su boca chocaba contra mi oreja. Traté de zafarme, pero él era más fuerte que yo. Nunca creí que podría sentir aquel sentimiento de terror y mucho menos, que Jungkook fuera el que lo causaba.

— Eres un jodido sínico … - respondí. - – su rostro fruncido y serio hablaba más que las palabras que salían de su boca. - no entiendo de dónde viene ese odio.

— ¿Lo odio?

— No lo sé, tú eres el que está haciendo esta escena. – me quejé, por fin deshaciéndome de él. – es mejor ser honesto, si te molesta solo dilo. – dije con seriedad. Inconscientemente, me recordaba a mí misma. su vida por primera vez en mucho tiempo no era perfecta y probablemente eso lo había devastado – ¿Sabes qué? Haré como si nada de esto sucedió. – tomé mi celular solo por costumbre, solo quería una excusa para evitar hablarle.

— Entonces así será de ahora en adelante… - dijo en un susurro. – supongo que deberé acostumbrarme.

— ¿De qué rayos hablas? – no quería, pero realmente me estaba molestando su actitud. – te disculparé porque sé que no has estado bien últimamente.

— Tú sabes de que hablo.

— Jimin no te ha hecho nada – susurré para evitar que el resto de las personas en el vecindario se enteraran sobre nuestra discusión. – es amable y le importo, eso es todo. ¿No fuiste tú el que dijo que era buena idea que saliéramos con personas?

— No lo conoces, no sabes de lo que es capaz, estoy seguro que no sabías que él te emborrachó en su fiesta. – estaba furiosa. Sentía como cada célula de mi cuerpo ardía por la rabia que sentía en ese momento. – en su estúpida fiesta, puedes preguntárselo.

— ¿Tú lo sabías? – pregunté. mi tristeza se hizo presente ¿Cómo era posible que la persona en la que confiaba no me había dicho algo tan importante como eso? – y no me lo dijiste.

— Ni siquiera te gusta – soltó con desagrado. Este se cruzó de brazos mientras que me observaba desde su lugar.

— Escucha lo que te diré, y escúchalo bien. – me esforzaba demasiado por no soltar en llanto en ese preciso instante. Nunca esperé que Jeon Jungkook me hablaría así jamás en mi vida, ni en mis peores pesadillas. Jamás, nunca, nunca, nunca. – No te atrevas a creer saber qué es lo que siento, porque no es así. Ese es mi problema, no el tuyo. No tienes derecho en decir eso. – sus ojos marrones eran los mismos, pero aun así no reconocía a la persona que estaba parada frente a mí.

— Acéptalo, solo lo usas para dejar de pensar en mí. – lo intentaba, pero las palabras solo no salían, no podía decir nada. Por otra parte, su mirada victoriosa me aterrorizaba. – No lo niegues. ¿Cuándo pensabas decirlo?

— Lo dije muchas veces, estaba aburrida de ser tan obvia, probablemente toda la jodida escuela ya lo sabía antes que el señor Jeon pudiera notarlo. Tus ojos solo eran para Young y jamás te diste a la oportunidad de mirar lo obvio, lo que estaba en tu maldito rostro todo este tiempo. – no pude soportarlo más y empecé a llorar, estaba molesta, frustrada y dolida. – yo nunca fui suficiente para ti.