CAPÍTULO 03

La jornada de hoy ha sido un poco abrumadora, llegó mercancía y eso significa acomodarla toda en los anaqueles. Miro el reloj que se encuentra en la pared sobre el mostrador y caigo en cuenta que aún falta una hora para salir.

En esta ocasión el aire del exterior es frío y refresca un poco el tiempo así que decidí abrir la puerta hace un par de minutos para poder sentir la frescura.

La señora Min me dejó usar el antiguo altavoz para poder poner música y que se sonara de fondo en el local. Su idea de "música de mobiliario" me gusta, pero siendo sincera no es lo que yo tengo en mente para escuchar en horas laborales, por ello, y estando un poco asustada por la reacción de los clientes, "Wrong" resuena por los parlantes en alto, mientras acomodo de manera ordenada el estante con bolsitas de algodón.

Está a punto de acabar la primera estrofa cuando observo por el rabillo del ojo a un cliente entrar.

— ¡Bienvenido! — Atino a decir en voz alta, pero permanezco de espalda.

Continúo con lo mío pero canto en voz tan baja que solo logro escucharme a mí misma.

There's something wrong with me chemically
Something wrong with me inherently
The wrong mix in the wrong genes

Las bolsas de la caja que tengo en mano se terminan y abro una nueva. Mi cabeza en automático se mueve conforme a la música.

I reached the wrong ends by the wrong means
It was the wrong plan in the wrong hands
The wrong theory for the wrong man
The wrong eyes on the wrong prize
The wrong questions with the wrong replies

La figura del cliente camina hasta el mostrador y decido girar por fin y encarar a quien sea que interrumpa mi mini concierto personal. Grande es mi sorpresa al descubrir que nuevamente ese chico de secundaria está parado y me observa una vez más con la ceja enarcada. Sus manos están llenas de vendajes y alcohol etílico esta vez.

Avergonzada de que me haya escuchado cantar, me apresuro y cobro sus compras.

— No creo que todo esté equivocado — Su voz corta el hilo de la canción en mi cabeza y lo miro directo al rostro.

— ¿Disculpa? 

Sonríe de lado y me señala al techo. 

Too long
Wrong
Too long
Wrong

La última parte de la canción está sonando y acierto a pensar que se refiere a ella.

— Ah, eso...— Le entrego sus compras en la bolsita de papel — Bueno, estoy segura que cada quien ve las cosas de diferente manera. Supongo que Martin Gore tuvo sus razones para escribir una canción tan genial como esa —Creo que ha sido la conversación más larga que he tenido con un cliente en mi primera semana de trabajo.

—Esa clase de música solo ensucia las mentes de las personas y las envenena con visiones abstractas de la vida —Inesperadamente su respuesta me saca de quicio en un segundo —Deberías escuchar buena música.

Enaltecido y engreído como lo percibo, camina hasta la salida.

¡¿Acaso acaba de decir que mi música es basura?!

El chico está a nada de irse cuando mi boca suelta lo primero que tiene en la cabeza.

— Y tú deberías evitar que esos idiotas te golpeen cada que quieran — Se detiene en su sitio pero no se gira — Pero al parecer ya entiendo porque lo hacen.

Un par de segundos más tarde retoma su camino y yo me quedo con la furia contenida en mis puños.

Supongo que nadie entiende la música como yo... bueno, tal vez hay muchos, pero en definitiva ese muchacho está mal de la cabeza o es un completo tonto.