El diablo contra el diablo.

Estoy en casa y algo me motiva (aunque no sé qué es) para recuperar del baúl de los recuerdos el numero de la chica X, comienzo a platicar con ella al mismo tiempo que lo hago con María, mientras hablo con la chica X todo parece ser intelectual, calmado, interesante y bohemio, como si fuéramos extraños que empiezan a conocerse; o alguien a quien pediste su número en una fiesta. Ya había pasado eso en el parque, la chica del pacto se molestó, y aquí es donde me entra la duda (y a ti también debería): ¿Qué va a pasar? Esta clase de cosas son insinuaciones del diablo (madre lo dice), pero el diablo no puede ponerse trabas así mismo o ponerse en contra de sí mismo, a mí ya me dio lo que buscaba y no sé si es en realidad plan suyo para dejarme sin nada y salir el ganando al 100%, hay peligro, lo sé, pero no sé de dónde es que viene o qué daños me puede hacer. Qué pasaría si el diablo se pone en contra del diablo, ¿se destruye a si mismo? En efecto lo bueno del mal es su vehemencia, siempre de algún modo, hace algo y pierde el control, lo que lo destruye a si mismo... Pero dudo que eso pase aquí porque en resumidas cuentas: yo soy el mal. 

          Todo lo anterior lo escribí ayer. Y hoy me he visto con María, ella tiene algo, está seria, está ausente, me mira y no me está viendo a mí; como si ya hubiese muerto cualquiera de los dos, hablamos normalmente, llega un punto en que, como pasa con frecuencia y seguramente te ha pasado a ti, que se acaba la conversación y nos quedamos viendo en un silencio incómodo, me mira, la miro y yo puedo verme en medio de sus ojos reflejado en su iris y su pupila, la beso, la chica del pacto ha estado en silencio desde ayer, pero pareciera que al momento de besar a María y sentir la sensación que me provoca entrar en contacto con sus labios y sus manos contra mis mejillas, la chica del pacto se calmara y se olvidara de todo lo que ha estado pasando hasta ahora...