CAPÍTULO XVII: GRACIAS

Después de un día tan intenso y lleno de emociones Sofía y Daniel regresan a Lima en el vuelo de las 4:00 pm

—¡Oye! Dano —habla Sofía titubeando— gra, gracias

—No te entiendo —responde Daniel extrañado—

—Gracias —Sofía susurrando—

—¿Qué? No te escucho

—¡Que gracias! —Sofía habla fuerte— Los pasajeros de atrás le hicieron “shuuuuu” —Daniel sonríe burlón—

—¡Qué irrespetuosa! —Daniel lanzando una carcajada— No había necesidad de gritar bastaba que me lo dijeras con tu tono de voz serena de siempre

—¡Odioso!

—Tengo tus gracias, no importa lo que digas, lo tengo.

Se quedaron en silencio por buen rato, ese silencio que ya conocemos y que solo Daniel y Sofía entienden.

—Por cierto ¿Quién te dijo dónde estaba hospedada? —preguntó Sofía curiosa—

—¿Adivina? —respondió Daniel misterioso— Sofía lo pensó, pero fuera de su familia solo había una persona que lo sabía.

—Umm ¿Kevin? ¿fue él cierto? —Daniel frunció el ceño—

—O sea que a Kevin sí le dices donde estás en un caso de emergencia y a mí, que soy tu nuevo mejor amigo, no —reclamó Daniel fastidiado— ¡me ofende! me queda claro el aprecio que me tienes— Sofía estaba sorprendida no esperaba que Daniel reaccione así.

—Pero Dano ¿por qué te enojas? tenía que hacerlo, tenía que decírselo porque es quién me reemplaza en el trabajo cuando no estoy —respondió Sofía tratando de ser condescendiente— y es que Daniel estaba evidentemente enojado.

—Excusas nunca faltan —respondió Daniel enojado— ¿Te gusta él o qué? ¿Seguro es eso no?

—¿Enloqueciste? ¿no me estas oyendo? Tuve que decirle, te acabo de explicar —Daniel solo se cruzó de brazos y se acomodó en el asiento —Voy a dormir— se cubrió hasta la cabeza con la colchita que les dieron en el vuelo y no habló más en todo el viaje, realmente estaba muy enojado.

Poco fue el tiempo que Daniel pudo dormir ya que el vuelo solo duro cuarenta minutos.