Capítulo 32: Damon

—Damon.

—Lucy—Hay momentos en la vida donde te quedas paralizada y nos sabes que hacer bueno este era unos de esos momentos —Lucy, ¿Qué haces aquí?—Es que no, este no podía ser Damon, este tipo está demasiado bueno, se le marcan los abdominales, estaba usando lentes, el cabello se veía más oscuro, más alto —Lucy, ¿Estás bien? —Su voz, santa madre.

— Damon.

—Sí, Lucy soy yo —Dijo Damon quitándose los lentes.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Qué ibas a hacer con esas cosas?—Dijo señalando la caja y las fotos que estaba en el suelo, me acerque a él y lo miré a los ojos, si era él, sonrió y yo le di una bofetada.

— ¡Eres una idiota y no quiero volverte a ver jamás en mi vida! —No podía seguir ahí así que me fui lo más rápido posible.

— ¡Lucy espera!—gritó Damon

— ¡No! Déjame —comencé a correr, esto no podía estar pasando, llegue al auto y subí.

—Amor ¿Qué ...

—Conduce ¡ahora! —Gerald prendió el motor y comenzó a manejar, miré por la ventana y lo vi, cuando nos alejamos del parque comencé a llorar, Gerald se detuvo, se quitó el cinturón y me abrazó.

—No sé qué pasó allá, pero sea lo que sea ya pasó y ahora estas aquí conmigo y no te pasara nada—Lo abrace más fuerte —Te amo—Cuando me calmé, el siguió manejando y llegamos a la casa de mis padres, toqué el timbre y Gerald tomó mi mano, la puerta de abrió.

—Lucy, ¿Qué haces aquí querida? —Dijo mi madre emocionada —Gerald, ay no me lo creo —Nos abrazó —Entren mis niños entren, ¡Lucas! ¡Amy! —Entré a la casa y parecía otra, toda colorida, llena de luz, ósea mi mamá estaba usando un poloche rosa, una cola alta y un overol —Venga, tu padre y tu hermana están en la cocina Lucy — ¿Mi papá y quien? , efectivamente mi papá estaba con Amy jugando con harina.

— ¡Lucy! Hija hola —Dijo papá — ¡Gerald!

—Hola —Estoy pensando que la leche en polvo no es leche en polvo en realidad.

—Le trajimos un regalo a Amy —Dijo Gerald, mi papá bajó a Amy de la mesa.

—Vete saluda a tu hermana linda —Dijo papá, Amy se acercó a nosotros y yo le di el regalo.

—Toma—Gerald apretó mi mano, sabía lo que significaba—Toma corazón, hermanita hermosa.

—Gracias —Dijo Amy, Gerald se agachó y la cargó

— ¿Te acuerdas de mí Amy? —Ella asintió — ¿Cuántos años tienes?

—Cinco—Deje que Gerald se entendiera con mi hermana y me acerque a mi papá.

—Así que cocinando.

—Sí.

—Eso nunca lo hiciste conmigo.

—Lucy no empieces —Dijo mi madre.

— ¡Qué! Es la verdad, todas las cosas que nunca hicieron conmigo la están haciendo con ella.

—Lucy tienes que entender que eran otros tiempos y...—Dijo mi madre

—No, tanta falta les hacía, como para decidir tener otra hija.

—Lucy sabes que no lo planeamos —Dijo mi padre —En ningún momento quisimos remplazarte y lo sabes, a ti te dimos lo mejor que te podíamos dar en ese tiempo.

—A ella le están dando más tiempo del que me dieron a mí.

—Lucy es pequeña tenemos que dedicarle atención—dijo mi madre.

— ¡Hasta la casa esta diferente!—Gerald entró a la cocina con Amy —Quiero ir a mi habitación, ¿sigue siendo la misma o ya se la dieron a ella?

—Es la misma —Subí a las escaleras y me encerré en mi habitación, no debí volver aquí.

Damon

Lucy, después de tanto tiempo al fin nos vimos cara a cara.

— ¡Damon! ¡Damon! — baje la vista y me encontré con Damián.

— ¿Qué haces aquí Dami?—Lo cargué — ¿Viniste sólo? —Él asintió — ¿Sabes que no puedes hacer eso?

—Estaba aburrido.

—Nuestros sobrinos no han llegado.

—No.

—Cuando mamá se dé cuenta que no estás, se volverá loca.

—Llámala.

—No te preocupes ya casi me iba, sólo tengo que recoger algo, ¿me quieres ayudar?

—Si —Fuimos al lugar a recoger la caja que Lucy dejó— ¿De quién son estas cosas?

—De una amiga.

—Mi ...pri pri ...mer ...A...Mor —Leyó Damián en la caja

—Bien, estas aprendiendo.

— ¿Quiénes son ellos?—Dijo enseñándome una foto, la foto de sus XV.

—Yo y mi mejor amiga.

—Tú no tienes amigos.

—Claro que sí, que tu no lo conozcas es algo totalmente diferente —Terminamos de recoger las cosas y nos fuimos a la casa.