mi hermana va a entrar a la universidad

Narra Alonzo

Han transcurrido tres años desde que comenzó mi trayectoria en la empresa, y puedo decir con satisfacción que todo ha ido muy bien. Hemos estado desarrollando nuevos proyectos y estableciendo colaboraciones fructíferas. Sin embargo, hay otro aspecto en mi vida que también me preocupa. La relación que tengo con Mariam ha evolucionado de manera muy positiva; hemos compartido varios fines de semana juntos y hemos disfrutado de la compañía del otro.

Sé que debo dar el siguiente paso y pedirle que sea mi novia, pero, honestamente, no me he atrevido a hacerlo. Siento que todavía no ha llegado el momento adecuado para plantearle esa pregunta tan importante. A veces, me pregunto si debo esperar un poco más o si debería arriesgarme y abrirme a esta posibilidad.

He observado que mi hermana ha cambiado considerablemente en los últimos tiempos. A pesar de esas transformaciones, ha estado muy enfocada en sus estudios, ya que está a punto de finalizar el instituto. Además, he notado que ha recibido una solicitud de la universidad en la que ha estado interesada,

Por un lado, nuestros padres ya se han mudado cerca de nuestra casa, ya que ahora somos vecinos. Matteo ha venido a pasar unos días con su esposa e hija, pero su estancia en Barcelona se ha prolongado más de lo esperado. Incluso mi cuñada ha estado buscando empleo y también una guardería para su hija. Por otro lado, Matteo ha estado muy ocupado participando en numerosos torneos de baloncesto en diferentes países. Sin embargo, sé que él realmente desea retirarse del baloncesto para enfocarse en otros proyectos. Eso lo comprendo perfectamente.

En este momento, nos encontramos todos reunidos en el restaurante para celebrar el ingreso de ella a la universidad. Sin embargo, es evidente que está callada y algo distante. Nuestro padre, en un intento por animar la situación, hace una broma para captar su atención. A pesar de ello, solo logra que ella lo mire y le regale una sonrisa, aunque su expresión refleja una profunda tristeza. Por otro lado, Matteo me observa con una mirada que me transmite su propia preocupación, insinuando que también se siente triste por Jorge. La atmósfera en la mesa es agridulce, llena de celebraciones externas, pero con un peso emocional que no se puede ignorar.
Continuamos disfrutando de la cena hasta que nuestro padre levanta su copa para hacer un brindis en honor a el ingreso a la universidad.

Después de haber realizado el brindis, concluimos nuestra cena. En cuanto terminamos de comer, nuestro padre llama al camarero para solicitar la cuenta, la cual trae rápidamente. Él paga sin demora y, a continuación, nos levantamos de la mesa y nos dirigimos a la salida del restaurante. En ese momento, nuestros padres nos comentan que vamos a ir a otro lugar. Supongo que lo hacen porque quieren sorprender a mi hermana con un regalo, ya que, por su expresión, parece un poco desanimada.

Así que comenzamos a caminar y nos subimos a la camioneta. Nuestro padre arranca el motor y empieza a conducir. Cuando finalmente llegamos a nuestro destino, mi padre estaciona . Al bajarnos de la camioneta, nos encontramos ante un departamento muy lujoso. Sin embargo, mi hermana no parece estar muy contenta. Me lanza una mirada que revela su descontento, aunque intenta disimularlo y finge estar feliz.

A continuación, nuestros padres comentan que ese es el regalo de mi hermana, por supuesto. Ella, en un intento de aparentar alegría, solo les regala una sonrisa forzada. Entramos en el departamento y comenzamos a recorrerlo. Durante nuestra visita, también echamos un vistazo a las habitaciones de invitados y a la de mi hermana

En el supuesto de que ellos se den cuenta de la situación, comienzan a preguntar a mi hermana qué es lo que está sucediendo. Ella, al recibir sus preguntas, les responde de la siguiente manera:

—Mamá, papá, no me está pasando nada malo. Además, no necesito el apartamento. Estoy muy bien con Alonzo, así que les agradezco por ofrecerme el apartamento, pero no lo necesito.

Bajo la atenta mirada de todos los presentes, nuestro padre comienza a intentar persuadir a mi hermana, quien le repite una y otra vez que no está de acuerdo. A pesar de sus insistencias, ella finalmente decide tomar la llave del departamento, con la esperanza de que nuestros padres no se sientan abrumadoresamente insistentes o pesados con respecto al asunto.

Después de que ella se aleja de la habitación, yo la sigo con la intención de hablar. Cuando finalmente llego, la encuentro sentada en la terraza, absorta en sus pensamientos. Sin pronunciar una palabra, decido sentarme a su lado, compartiendo ese instante en silencio.

Durante unos minutos, mi hermana empieza a hablarme sobre algunas cosas que entiendo a la perfección. Me explica que no quiere depender de nuestro padre. Su preocupación y sus sentimientos eran claros, y me doy cuenta de que esta compartiendo sus pensamientos y emociones de manera sincera.

Después de escuchar sus palabras, le comparto algunas frases que me parecen importantes y que reflejan lo que siento:

No puedes esperar que alguien más te haga feliz, porque la verdadera felicidad proviene de dentro de ti. Ninguna relación, por muy estrecha que sea, podrá ofrecerte la paz que tú mismo debes cultivar en tu interior. Es fundamental que no dependas emocionalmente de nadie en este mundo, ya que incluso las cosas más cercanas, como tu propia sombra, pueden abandonarte en los momentos de oscuridad.

Si descubres que tu bienestar depende únicamente de dar afecto a los demás, es un buen momento para que examines tu autoestima y reflexiones sobre lo que realmente necesitas para sentirte completo.

Después de eso, regresamos al interior del lugar donde nos encontramos, donde ellos esperan. Fue justo en el momento en el que nos despedimos del apartamento. No pasa mucho tiempo después de salir que nos subimos a la camioneta familiar. Mi padre toma el volante y comenzó a conducir en dirección a nuestra casa. Durante el trayecto, mi hermana se acomoda en mi hombro y se queda profundamente dormida, ajena al movimiento del coche y al paisaje que pasaba rápidamente por la ventanilla.