Capitulo 4: ¿Que pasó ayer?

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Me di cuenta  que la estúpida alarma nunca sonó en cuanto abrí los ojos para encontrarme con Charlie a mi lado susurrándome al oido.

—Es hora de irnos nena, no queremos que tus padres nos atrapen infraganti.

—Mmm enseguida me levanto- murmuré volviendo a cerrar los ojos. 
Lo último que supe es que estaba dentro de un auto negro, me tranquilicé cuando vi a Charlie a mi lado, tenía muchas preguntas que hacerles pero mis ojos estaban muy cansados así que decidí dejarlo para después, me acurruqué junto a él y volví a dormir.

¡oh por dios! yo era una terrible dormilona...

—Despierta Sofi - Charlie me dio un suave empujón...
De acuerdo, eso no es verdad, el muy idiota me tiro agua helada en la cara seguido por terribles sacudidas.

En fin, nadie es perfecto.

Enojada saco a Charlie de encima y salgo del auto observando atentamente donde estamos... ¿el mar? lleno de gente con trajes de baño y niños haciendo castillos de arena,  tiene que ser un sueño! pero que dem..

—¿Te gusta?- dice Charlie a mis espaldas- esto es lo mas lejos que podemos ir - explica - ayer llame a mi primo y me dijo que nos podíamos quedar en su departamento. Tiene dos piezas, de todas formas vive solo, estaba muy entusiasmado de que nos quedemos con él...por lo menos el tiempo necesario para averiguar algo, luego podremos irnos mas lejos

No entendía nada, ¿cuanto tiempo dormí? estábamos en la playa y ni siquiera había empacado mi traje de baño,el protector solar y...

¿que estoy diciendo?

Estas no son vacaciones, vinimos acá para saber que pasó con el paradero de Ana y eso es lo que haremos, aunque me incomoda un poco lo de tener que pasar la noche en casa del tal primo de Charlie, es el único pariente de su familia que no conozco, motivo por el  que debo de ser cuidadosa y precavida, uno de los tantos sacrificios que tengo que hacer por Ana.

Oh por dios, Anabeth, ¿ dónde estás?

Todavia recuerdo aquella dulce voz, tan angelical. 
Ella era tan...bipolar.   Pero aún así la amaba, cada mañana me despierto pensando en la última vez que estuvimos juntas, antes de que nos separaran, todo fue tan rápido, nosotras jugando ajedrez, el ruido de la puerta golpeando con fuerza, esos hombres encapuchados con armas, preguntando por un tal ...

Un tal Thomas Steven Thill

¡Lo recuerdo! Recuerdo ver como se llevaban a mi  hermana...

—¡Te encontraré Ana - grité tan fuerte lastimando mi garganta - ¡lo prometo!

—¡Solo cuídate!- gritó en respuesta, dandome una última sonrisa triste. Recuerdo la puerta cerrarse con fuerza, dejándome con dos hombres encapuchados quienes me dieron una  agonizante paliza y robaron la mayor parte de electrodomesticos de casa, recuerdo observarlos con mi ojo sano, discutían. Estaba tan aturdida que no podía escuchar con claridad, recuerdo la asquerosa y obsena mirada que me lanzó uno de ellos haciéndome estremecer de miedo ya sabiendo lo que  estaba apunto de suceder...cuando de repente, la puerta se abrió de golpe dejando al descubierto a estos dos quienes al escuchar el ruido salieron huyendo como dos par de cobardes. 
Agradecí a Dios eternamente que se hubieran marchado así sin mas porque de haber volteado solo se encontrarían con dos simples niños, quienes no eran rivales para semejantes hombres. Así que cuando William y Charlie entraron corriendo al ver los hombres escapando por la ventana de casa y amí tirada junto a la mesada de la cocina no tuve mas remedio que cerrar los ojos sabiendo que ahora estaría segura.

Charlie siempre esta cuando lo necesito, así que en vez de discutir sobre pasar la noche con su primo me limité a encogerme de hombros y responder:

—Me encanta, aunque en este momento no estoy de vacaciones - suspiré observando el mar -  tengo que investigar sobre Ana

— Cierto, pero por donde empezar - murmuró rascándose la barbilla - yo no logré ver las caras de los  infelices que estaban en tu casa ese día y de todas formas dijiste que estaban encapuchados, no tenemos ninguna pista y...

—Thomas Steven Thill es nuestra pista. - aseguré.