Especial II

Bruno

Peyton era todo para mí, y por eso nunca dejaría que le hagan daño. De eso nos encargaremos Scott y yo. Aún recuerdo como salvo a mi hermano, como salvo a Scott.

–Flash Back –

Cerca del cine donde acabamos de salir escuchamos gritos de alguien, caminamos cautelosamente hacia un callejón oscuro. Vimos a un muchacho, lo estaban golpeando fuertemente. Peyton me dijo que me vaya y me quede en el coche, que no quería que me hagan daño. Ella salió con un arma, ya estaba acostumbrado a verlas. Me había ha enseñado a usarlas para protegerme de cualquiera. Sin que me viera saqué mi arma y la seguí, no quería que la lastimaran.

– ¿Porque torturan al muchacho? –pregunto Peyton seca haciéndose notar.

–Largo de aquí niñata, antes que te matemos a ti –escupió aquel hombre. Eso me hizo enfurecer. Hijo de puta malnacido, no podía hablarle así a Peyton.

La mire confundido al ver que estaba sonriendo.

–Tú me llegas hacer solo un rasguño y todos los continentes te matan a ti hijo de puta –escupió ella sin ninguna expresión. Todos los hombres la miraron, de un segundo al otro se pusieron pálidos. Idiotas

–Di...abla –hablo tartamudeando el hombre que la había tratado mal. Los otros sujetos que tenían sujetado al chico lo soltaron rápidamente como si los quemara.

–Vaya, si me reconociste. Siento tanta dicha por eso –los miro irónicamente – Pensé que tenía que matarte antes –dijo con una sonrisa sombría que hasta mí me asusto.

El hombre del miedo hizo caer el arma, rápidamente Peyton le disparó en el hombro. Nunca la había visto de esta manera.

–Cuantas veces tengo que repetir que no se metan con mi familia, malditos bastardos –gruño Peyton entre dientes. Estaba furiosa.

Un hombre que estaba por la parte de atrás, estaba sacando un arma. Peyton no se daba cuenta, cuando pensé que le iba a disparar ella lo había disparado primero.

–Nunca te hagas el valiente conmigo pedazo de mierda. Realmente no saben de lo que soy capaz de hacer –escupió fríamente. Le había disparado aquel hombre sin haberle visto

Todos se quedaron quieto. Parecería que ya se iban a desmayar, ya que uno de sus compañeros estaba muerto y aun peor estaba ahí con ellos.

–Los voy a dejar con vida porque quiero que pasen la voz diciendo que, si se meten con él y con Bruno, los mato. De las peores formas posibles –escupido seca mientras señalaba aquel muchacho que estaba tendido en el suelo medio inconsciente y a mí. Mierda me había visto. Tuve que salir de mi escondite y ponerme a lado de Peyton mientras los miraba con superioridad.

– ¿Entendido? –pregunto Peyton mientras los miraba con rabia. Ellos asintieron frenéticamente –Largo de aquí pero antes llévense a esa porquería –término de decir, señalando al hombre muerto

Ya ni había nadie en el lugar. Peyton se dirigió donde aquel muchacho.

–Cariño, trae el coche –dijo preocupada mientras lo cogía al muchacho entre sus brazos. Asentí y traje el coche cerca de ella.

Lo metió en el coche y condujo hasta el hotel. Llamo a muchas personas, llegaron médicos y lo revisaron al muchacho. Dijeron que no estaba tan grave que solo estaba inconsciente, que entre hoy o mañana se levantaba. Lo pusieron en la cama de Peyton.

Cuando ya se habían marchado, Peyton cogió su chaqueta que estaba en el sillón mientras estaba con el ceño fruncido y hacia una mueca.

–Cariño, tengo que salir. Me encargaré de unos asuntos pendientes que tengo –dijo Peyton mientras agarraba su móvil –No puedo permitir que te hagan daño a ti o a él –susurro mirándome–Cuídate mucho mientras no estoy, pero de igual forma dejare unos guardaespaldas afuera. Descansa mi niño –beso mi frente mientras salía de la habitación

Era la media de la noche cuando salió Peyton y todavía no regresaba. Ya eran las dos de la mañana, estaba preocupado porque no regresaba. Estaba dando vueltas en la habitación por la desesperación, en ese momento aquel chico desconocido se levantó y miro a todas partes aturdido. Era de esperarse.

–Tranquilo, estas bien –dije calmándolo.

–Ella ¿Dónde está ella? –dijo tratando de volver a la normalidad.