CAPITULO 13

NARRA DALTON

Despierto en el sótano. Gael está inconsciente. La casa está destruida. Y en mi mano… hay una marca. Un símbolo. Que no estaba antes.

Intento borrarla con agua. La marca en mi mano no se borra.

Días después.

No importa cuánta sal frote, cuántas veces me lave, cuántas oraciones repita. El símbolo permanece. Oscuro. Curvado. A veces… arde.

Gael no habla. Desde el ataque, se ha encerrado en sí mismo. Lo vi llorar por primera vez. No por dolor físico. Por miedo. Miedo real. Miedo antiguo.

La noche está más fría que de costumbre. El cielo no tiene estrellas. El silencio no es paz. Es advertencia.

Gael me llama al sótano. Lo ha reforzado. Nuevas runas. Nuevas barreras. Nuevas armas.

—La marca que tienes —dice— no es humana. No es demoníaca. Es anterior.

—¿Anterior a qué?

—A todo.

Me muestra un libro. Viejo. Roto. Escrito en piel.

—Este símbolo aparece solo una vez. En una profecía. Dice que cuando el velo se rompa, el elegido será marcado. Que tendrá tres dones. Que será la puerta… o el candado.

—¿Y qué soy yo?

Gael me mira. Sus ojos están rojos. No por llanto. Por insomnio. Por terror.

—No lo sé.

Las misiones continúan. Declive me observa. Me asigna tareas cada vez más peligrosas. Pero no me importa. Porque el dolor me ha vuelto precisa. Letal. Fría.

En una limpieza de espectros de nivel 3, soy la única que entra en la casa. Salgo sola. Todos los espectros destruidos. Sin ayuda. Sin miedo.

Esa noche, sueño. Pero no es un sueño. Es una visita.

Estoy en un lago.

Negro.

Silencioso.

El hombre dorado camina sobre el agua. Su cuerpo brilla. Su rostro es perfecto. Sus ojos… dorados.

—Dalton… —dice.

—¿Qué eres?

—Soy lo que tu padre invocó. Soy lo que tu madre rechazó. Soy lo que tú abrirás.

—No lo haré.

—Ya lo hiciste.

Se acerca. El agua se quema bajo sus pies. Mi cuerpo tiembla. Su mano se extiende.

—La noche de Halloween… vendré por ti.

—No me tendrás.

—Ya te tengo.

La marca arde. Mi piel se quiebra. Mi alma grita. Y entonces… despierto. Estoy en mi cama. La marca brilla.