CAPITULO 14

NARRA DALTON

La marca en mi mano no deja de arder.

No es dolor físico. Es algo más profundo. Como si mi piel recordara algo que mi mente aún no sabe. Como si cada línea del símbolo fuera una nota de un canto que no debería existir.

Gael no duerme. Yo tampoco. La casa está sellada, pero el aire vibra. Como si algo invisible caminara por los pasillos. Como si el tiempo se estuviera preparando para romperse.

La noche de Halloween está a tres días. Y el mundo… ya no respira igual.

Las misiones se han vuelto más violentas. Más erráticas. Los espectros no se comportan como antes. Algunos lloran. Otros ríen. Algunos repiten frases que no tienen sentido.

—“La puerta está abierta.”

—“El hijo del abismo camina.”

—“El nombre ya fue pronunciado.”

Los sueños cada vez son más recurrentes. Pero esta noche no es un sueño. Es una pesadilla.

Estoy en un bosque. Árboles secos. Tierra negra. El cielo no existe. Solo una oscuridad que respira. Infinita. Ni un punto de luz. Camino. No sé por qué. No sé hacia dónde. Solo sé que algo me llama.

—Dalton… —dice la voz.

Llego a un claro. Hay un altar. Hecho de huesos. Sangre fresca. Velas negras. Y en el centro… una figura. Que parece moverse. Arde en llamas y conforme se acerca se disipan y reconozco…

El hombre dorado. Brillante. Perfecto.

Camina hacia mí. El suelo se quema bajo sus pies. Su rostro es hermoso. Demasiado hermoso.

—Dalton… —repite —. No intentes huir.

Mi cuerpo se paraliza. Siento corrientes extrañas subir por debajo de mi piel como si algo me robara el aliento.

—“Tu nombre fue pronunciado.” —. Susurran voces que no sé de donde vienen.

—“Tu alma fue ofrecida.”

—“Tu cuerpo es la puerta.”

Intento correr. No puedo. Intento gritar. No hay sonido.

El hombre dorado se acerca. Siento que me va a tocar. Y si me toca. Todo terminara. Intento gritar. Pero no funciona.

—¡Es un sueño! —. Logro gritar y despierto.

Estoy en mi cama. Pero no sola. En el espejo… él sonríe. Y detrás de mí… hay huellas. De pies quemados.