El nuevo aliado

Moshee

Esa fue la paliza más cruel que he visto, ni mis primos que son boxeadores se dejan dominar por tanta ira, solo ha pasado un mes y ya casi emprendemos el viaje, aunque aún tengo dudas sobre por qué razón tengo que ir a la "aventura", no soy ningún ser divino o algo así; recuerdo que Tezcatlipoca menciono que mi madre sabia la situación, espero tener comunicación con ella.

Pero hoy es el día de partir hacia un nuevo destino donde todo cobraría sentido, y ahora que lo pienso... ¿A dónde iremos?
—Eh chicos ¿A dónde viajaremos? —pregunte confuso.
—Tezcatlipoca nos dijo que fuéramos a la sala del mapa, ahí nos dirá todo—Respondió Petrof poniéndose sus guantes.
—Y otra duda, ¿Cómo vamos a llevar nuestra ropa y tener hospedaje en un lugar diferente? —volví a preguntar.
—El señor Tezcatlipoca es un dios él lo tiene todo arreglado—contesto Adom con tono calmado.
Bueno es un dios y todo eso, pero no me lo imagino pagando algo con tarjeta de crédito.

Hace poco salimos de nuestras habitaciones para ir a hablar con Priscila sobre el tema, pero Sitlali nos dijo que ella se fue a la sala del mapa.

Iba a golpearlas, cuando ellas solas se abrieron revelando a Priscila viendo el objeto. Su espalda encorvada y sus brazos alrededor de su cuerpo me daban una mala señal.
—Oye ¿Te encuentras bien? — le cuestione preocupado.
—Sí, solo es que todo esto están nuevo y confuso, al principio toda mi vida fue una mentira y ahora estoy en un nuevo del que no sabía nada, ni siquiera sé quién soy ahora—Contesto de forma serena.
—Es cierto, pero vas a acostumbrarte, no soy nadie para decir cómo hacerte sentir, pero si quieres ser verdaderamente feliz átalo a una meta—dije en consuelo.
—Por supuesto, si los tienes claro cuáles serán—dijo una voz femenina la cual nunca olvidaría.
—¡Mama! — exclamé al verla parada en la puerta con otra persona.
—¡Тетя!—me imito Petrof y efectivamente la señorita Ivanov nuestra directora.
—Señora Biton, directora ¿Qué hacen ustedes aquí? —Cuestiono Priscila igual de sorprendida que nosotros.
—Bueno, Tezcatlipoca nos llamó explicando que ya están listos—Respondió mi madre alzando una ceja con las manos en sus caderas.
—Y trajimos algo que les podría ser muy esenciales para la travesía—Continuo la directora.
—Priscila, esto es para ti—Confeso Tezcatlipoca entregándole un paquete a Priscila.

Priscila

Extendió la mano entregándome un objeto plano envuelto en un colorido trapo.
—Es un espejo de obsidiana—dije con simpleza.
—No es solo es un espejo, este contiene un mapa que los guiara al camino correcto—explico—además puedes tele porte con solo poner dos de tus dedos en los costados—finalizo.
—Moshee esto te ayudará a saber lo esencial para aprender hechizos y conjuros—comento la señora Biton, extendiendo un libro con una decoración bastante extraña.
Moshee
—Espera, estás diciendo ¿Qué soy una especie de mago o hechicero? —pregunto Moshee.
—Así es, por ahora no puedo explicarte mucho, en el Sefer Kshafim puedes encontrar más información—Respondió la señora.
Siempre me han parecido fascinante las historias de un linaje de mujeres con poderes mágicos; nunca llegue a pensar que sería parte de eso.

Petrof
Luego me fije en Petrof y en la directora.
—Estoy entre confundido y molesto—argumento—¿Por qué no me dijiste nada? ¿Qué soy para estar aquí? —interrogo.
—Petrof, le prometí a tu madre guardar el secreto hasta que sea el momento; pero eso no me corresponde a mí— respondió.
—Entonces ¿A quién? — pregunto Petrof hecha furia.
—Nuestro Tátara abuelo te responderá— explico—Por ahora toma esto—menciono entregándole unos goggles de aviador y una espada de gran tamaño — Un consejo, no le llames así, sino quieres quedas rostizado —
Luego de que nos dieran nuestros nuevos artefactos, fuimos guiados por mi tío a un lugar que nos ayudaría a llegar a nuestro primer destino; claro sin antes los chicos despedirse de sus respectivas familias, estuvimos caminando por unos minutos hasta llegar a un campo rodeado de montañas en el centro parecía haber una tarima hecha de piedra.
—Bien chicos todos arriba, voy a llevarlos a su primer destino— De su costado, apareció una bolsa de cuero donde saco varios instrumentos.
Sangre, plantas y piedras preciosas.
Exparsio la sangre formando un círculo, se metió a la boca una de las hojas y las demás empieza a machacar para luego escupir la que fue marginada; se esparció el ungüento por todo el cuerpo, inflando su pecho para con todo pulmón, empezó a cantar acompañándolo con los brazos hacia el cielo.
La tarima empezó a estar rodeada por el denso humo, cuando una gran sacudida movió la tierra.
—¿Qué sucede? — pregunte exaltada — ¿Qué pasa?
—Ah... chicos—A punto Adom hacia una dirección específica.
El terremoto era a causa de un gigantesco ser de fuego y tierra que se asomaba por las montañas.
—Ustedes encárguense de esa anomalía, yo seguiré con el portal—Mando mi tío.
Continuando con el fuerte cantico.
Los chicos estaban en posición con sus armas listas para atacar, traté sacar mi Macuahuitl del bolso, pero un amuleto del tamaño de la palma apareció, este mundo es más extraño de lo creí.
—¡Moshee!, acaso eres tonto, usa magia tu madre dijo que eres un hechicero no—reclamo Petrof a Moshee, al mismo tiempo que evitaba los ataques del gigante de lava.
—La utilizaría si supiera ¡cómo usarlo!, no puedo no he leído el libro aún, ademas que el candado no me lo permite—Contesto Moshee con la cara tan roja como una tetera.

—Es un amuleto de Tláloc, úsalo nos ayudará—exclamo apresurado.
—Pero ¿Cómo? — le cuestione.
—Solo extiéndelo al cielo y di Kiauitl— expuso aun esquivando el ataque.
Aún dudaba si funcionaria, pues parecía un artefacto bastante antiguo. Pero la gigantesca criatura puso sus manos sobre el pasto causando un masivo incendio.
—Kiauitl— grité siguiendo las instrucciones de Adom.
Pero no sucedió nada, lo único que provoco mi grito fue la atención del gigante de lava, provocando su enojo y empezara a correr hacia mí; estaba paralizada por el miedo, cuando el monstruo elevo la mano para aplastarme, antes de provocar la acción.