Capítulo 24 II Siete

Cuando llegué a la cafetería él me llamó, no supe cómo me reconoció. Estaba claro que aquel chico iba al gimnasio más de lo que había ido yo en toda mi vida y de lo que pensaba ir. Con el pelo y ojos castaños, llevaba unas gafas negras. 

Era el ex-prometido de Blue. Aquello sonaba muy raro. Ex-prometido. Me recordaba que no conocía a mi compañera de piso. Ella me conocía más a mí. Joder, es que era su ex-prometido. ¿Por eso lloraba? ¿Porque ella no quería que fuera un ex? 

—¡Al fin nos conocemos, Seven! ¡Tanto tiempo con la misma loca y tu no sabías ni que existía! 

Si no hubiera sido por esa forma de pronunciar la palabra "Loca" cualquiera habría creído que era un hombre agradable, pero sus ojos y su sonrisa no concordaban. 

—¿Cuándo fue la última vez que hablaste con Rosalie? —pregunté, directo al tema, no me gustaba aquella situación. 

—Hace una semana y un par de días. ¿Vas a entrevistarme o algo? 

No tenía gracia. 

—Es exactamente por lo que nos hemos reunido. 

Hizo un movimiento con la mano, descartando mi afirmación. 

—Estoy seguro de que nos reunimos porque, tú, Seven Douglas, sabes porque la loca está loca. Y sabes que está ocultando cosas. Quieres saberlas. Te lo contaré todo, Blue me importa una mierda en estos momentos. 

–No está loca, así que deja de llamarla así. Quiero saber qué cojones ha pasado para que haya dejado la medicación. ¿Por qué parece que está jodida desde la última vez que hablasteis? 

Rodó los ojos y se inclinó sobre la mesa. 

—Mira tío, está loca, tú lo sabías, pensaba que lo entenderías antes, ha dejado la medicación porque quiere dar pena, quiere que vuelva con ella. Manipula a la gente así, si está jodida es porque está es uno de esos episodios de locura total. Si yo fuera tú también me largaba. 

—¿Por qué Blue no vivía contigo si erais pareja? ¿Por qué vino a mi piso? 

—¡Porque quería estar cerca de ti! ¡Quería volver a joderte! 

Esas habían sido mis sospechas desde que la volví a ver. Cada una de sus palabras eran como puñetazos directos a mi pecho. Había estado apunto de confiar en ella. Mentira, había confiado en ella. Y una pequeña y estúpida parte de mí quería pensar que nada de eso era real. 

—¿Me estas tomando el pelo? 

—Oye, mira, vuestros problemas ya no son los míos. Te estoy diciendo las cosas claras. Te tenía metido en la cabeza, aún saliendo conmigo durante años seguía obsesionada y en cuanto tuvo oportunidad se negó a casarse conmigo y se metió en tu piso a base de mentiras. Todo fue desde el principio una mentira. Un engaño. Su manipulación contra ti. Me lo contaba todo, sé toda la historia. No me digas que creías que ella había cambiado, los locos son locos para siempre. Nunca hizo nada que no quisiera hacer. Y tampoco se arrepiente. 

Gritar. Llorar. Estaba totalmente consternado. Esa era Blue, la de verdad, todo lo que había visto hasta ahora no era más que un espejismo absurdo. ¿Hasta ese punto era capaz de llegar? Casi lo logra, aprovechó la muerte de Alexandre para acercarse a mí. Los engañó a todos. ¿Qué más había ocultado? Parecía que todo salía a flote en esos momentos. 

Blue no había cambiado. 

—¿Por qué me lo cuentas? ¿Ya no te interesa ella? 

—Eres un poco lento de mente, eh. Soy su ex-prometido, yo ya no juego a sus jueguecitos. No me apetecía que acabaras como yo. 

Era un completo desconocido, pero podía confiar en él. Porque nada de lo que había dicho parecía fuera de lugar. Estaba enfadado con Blue y no le importaba sacar la verdad a la luz. 

—Gracias por tu tiempo. Como supondrás tengo que irme a arreglar muchas cosas. 

Me sonrió de vuelta. 

—Entonces esta es una despedida. Adiós, Seven y recuerda mi consejo, huye de ella. 

Me marché y fui directamente al piso. Tenía tantas cosas que gritarle a Blue. Cuando llegué no se escuchaba ningún ruido, busqué por la casa, no estaba en el salón, ni en la cocina, fui a su habitación. 

Estaba vacía. Completamente vacía.