"El jardín de los deseos secretos"

—Te lo digo sinceramente: te amo —Maxim fue insistente—. Entiendo que usted es profesora y yo no soy más que un estudiante. Pero quiero que me escuche, estoy enamorado de usted y ya no puedo seguir reprimiendo lo que siento. Cada minuto, cada segundo pienso solo en usted.

Estaba tan cerca de ella que se sentía su aliento, y ella pensó que debía dar un paso atrás, pero no podía moverse. Había algo en él que la retenía. El chico se veía seguro y tranquilo —eso la sorprendía. De repente, Sonia reaccionó, como si saliera de un estado mágico.

—Te prometo que olvidaré tu atrevimiento si, por tu parte, no vuelves a decirme nada parecido. En primer lugar, tus palabras no tienen absolutamente ningún significado para mí; en segundo lugar, yo soy profesora y tú eres estudiante, por lo tanto, no deb