Capítulo 18

CROWIS FARKAS

Había amanecido y mi LunaOmega seguía dormida, los primeros rayos del sol se asomaban. Tendría que salir a recolectar algunas bayas antes de que despertara, pero ya estaba despierta mientras alistaba mi morral. Me miró con indiferencia.

—Buenos días a otro día más—dije.

Me abrazó y —no me dejes sola, por favor—dijo sollozando. La abracé muy fuerte —Jamás lo haría —dije besando su hombro.

Seguimos por un buen rato abrazados lo cual reconfortaba mi corazón enamorado.

—Vayámonos —habló soltándose de repente.

—Ya quieres emprender el viaje —dije sorprendido.

—Sí, quiero olvidar toda mi vida, quiero empezar de nuevo —musitó.

—En marcha—dije.

Enrumbamos montaña abajo, a medida de descendíamos el clima se tornaba tropical obligandonos a deshacernos de nuestro abrigo.

—Demasiado calor —dijo entre jadeos.

—Lo sé.

—Necesito beber y mojarme el rostro, este calor es terrible —se quejó, agudicé mi olfato buscando humedad hasta que lo percibí y guie a mi flamante y hermosa compañera.

Apenas llegamos inmediatamente saltó al arroyo —Aún no lo hagas, no sabemos…—ya estaba ahí abajo mostrando su belleza natural, sonreí bobamente.

—Está fresca —dijo invitándome.

Me senté a admirarla. Mis deseos lobunos luchaban por controlarse.

Salió empapada de agua y me tomó de la mano —Vamos, hazlo —dijo. El solo sentir la frescura me relajó grandemente.

—¿Te gusta? —me miro seductoramente. Bajé mi mirada para controlar mi impulso. Se acercó y me tomó la mano —Que hermoso eres—habló mirándome con curiosidad.

—Necesitas lentes—dije riendo nerviosamente.

—No, no, estoy muy bien de la vista —susurró levantándome el mentón para unir sus labios con los míos. La besé con desesperación tomándola de la cintura y acariciando su espalda. Su solo frenesí me hacía perder la cordura. Ella, Accalia estaba besandome. Ella continuó, la cargué sacándola del arroyo para posarla a tierra firme y fundirme en ella.

La besé cada centímetro de su piel, sus pezones erguidos demostraban coquetería, saboree a cada una de ellas con fiereza, como si temiera que no fuera real, arranqué el vestido sucio y haraposo que traía, por su parte ella respondía con gemidos que me enloquecían.

—Te he esperado tanto mi princesa—gimoteé —Tú eres mi lunaOmega…Nos entregamos uno al otro, ella tenía los ojos cerrados y la frente sudorosa. —Te amo, te protegeré, haremos nuestra propia manada —susurré sin respuesta. La abracé con ternura.

Hubo e hice tantas promesas como si temiera de su rechazo.

—Perdón si fui muy torpe —dije. Ella seguía en su silencio ensombrecedor. —¿Estás bien? —pregunté culpable cuando la luna se ocultó de repente y un fuerte aguacero se soltó.

El lugar se puso en tinieblas, busqué su mano y acerqué su cuerpo junto a mí. No quería quedarme solo. Acurrucados por el frío y el sonido estruendoso de los relámpagos nos quedamos en silencio, sin embargo, el frenesí y el cansancio hicieron mella en mí y caí rendido al sueño.

A medianoche la busqué y sentí su respiración calmada, lo cual me tranquilizó y seguí durmiendo. El sol quemaba mi rostro despertándome a un día caluroso. La busqué enseguida, la llamé enloquecido de dolor.

Fue como si nunca hubiese existido,todo había sido un sueño. Ni el olor ni el rastro de ella pude percibir. Ella se había marchado y el culpable era yo, por no detenerme, por no contenerme habia alejado al amor de mi vida.

Había perdido a mi ancla, la tuve tan cerca de mí y a la vez tan lejos e inexistente. Lloré amargamente, el corazón se me hizo tan pequeño que dolía cuando respiraba. Había perdido al amor y me había perdido a mí.

“Crowis estaba perdido, había perdido a su diosa, ahora el mundo de los licántropos ardería juntamente con su dolor, el infierno había iniciado”

Con dolor emprendí la vuelta hacia los Farkas, mi manada, todo aquello que fue culpable pagaría cada dolor y cada lágrima, sentirán el mismo dolor que yo y aun peor.

El sol quemaba castigándome, las malezas me golpeaban con furia, total ya no sentía dolor ni calor.

Había iniciado la batalla de los lobos, la batalla de los licántropos.

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Hola, espero estén bien