1. Empezando

Antes de nada, ni soy escritor, ni gentil y odio este libro. Mi nombre es Gaburah Lycanon Michel, soy un solitario y despechado músico misántropo, dedicado al arte, puesto que no tengo otra cosa en la vida.

Puedo confesar, sin temor a exagerar, que bebo mientras escribo y escribo mientras bebo. Ahora mismo tomo un whiskey con hielo y fumo un cigarrillo mientras trato de hilvanar la siguiente oración. A medida que avancemos juntos en esta historia irás descubriendo que soy rudo, grosero y hostil; mientras escribo, lo demuestro.

Te preguntarás, qué fue lo primero que leíste. Esas cortas líneas que parecen narrar cierto tipo de tragedia son el reflejo resumido de una historia especial, la de un grupo de personas que han experimentado en sus carnes los fenómenos más increíbles. Bien, honestamente no me interesa si me vas a creer, o no. Jamás doy opción a réplica. Solo te contaré esta historia para cumplir con una misión y una promesa. Lamento mi franqueza desmedida, quizás ya estoy ebrio.

En fin, dicho esto voy a empezar a rememorar lo que vi, la larga historia que desencadenó en el relato del Centinela y su pequeña hija; así que prepárate, por que aquí inicia una larguísima odisea de tres libros que hará que el viaje de Frodo rumbo a Mordor parezca un tranquilo día de campo.